Me levanto cuando está amaneciendo.
Y puedo ver el día de otra manera: más
blanco, más tenue…
más intenso tal vez.
Quisiera percibir el momento en que
amanece,
pero sé que eso no será tan fácil
pues es imposible capturar un instante en
el tiempo.
Pero me da igual, porque estoy aquí
y sé que el amanecer hoy se habrá vestido
de gala para estar conmigo.
El amanecer gladiador, el amanecer
guerrero
que hoy duerme escondido en una nube
gigantesca.
Ya era hora que tocase el amanecer con mis
manos limpias,
que bebiese el rocío… ya era hora;
que penetrase en el día igual que en la
mujer.
Por eso sé que este día es diferente, que
no hubo otro igual
aunque me acurrucase entre sus sábanas una
y otra vez.
Me levanto y estás amaneciendo...
Me entregaría a él, si, desnudo y blanco,
si no fuera porque también yo soy
guerrero…
y
amante también.
-2008-
Sables fríos me atraviesan,
la mañana sobre mí…
oráculos de plata que me hacen soñar con
un mundo idolatrado
y frágil.
He recogido la luz en la yema de mis
dedos
para que no me hiciese dudar,
para que no me hiciese sufrir…
y su aliento me ha transformado.
Sables para mi silencio,
silencio
para mi espera.
Y un espacio… inmenso
sobre mí.
-2008-
Que gusto disfrutar y descubrir tus creaciones literarias.. me inclino con aplausos ante tu poesía..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Me siento muy halagado con tus palabras, Adolfo. Esto que escribo hoy es parte de prosa y parte de verso. Cuando alguien escribe intenta capturar la realidad y mezclarla con sus sentimientos para hacerla suya. Así lo hice, un amanecer, la lluvia... es muy de agradecer ver que alguien lo intenta sentir como lo sentiste tú. Me gustaría transmitir paz a través de mis escritos, sensaciones agradables y sanas
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