Sus ojos ya vagabundos,
cabellos cenizos,
la brisa que acaricia su piel añeja con
delicadeza
y su Aracataca Magdalena que todavía lo
recuerda,
y jamás lo olvidará. ¡Qué tan preciado
su retoño!
En un ritual de silencios
en esa narración mágica recopilada en
su mente,
en esas invenciones mitológicas que
ahora vive
y antes escribía.
Inadvertido, sensitivo, ignoto,
interfecto
García no escribe ya, García ahora es
el protagonista de sus fantasías,
en la dimensión de 100 años de soledad
en el rincón de Macondo,
o el amor en los tiempos del cólera.
Gabo el novelista de los cielos
redactor de los serafines,
inspiración de los nuevos bardos,
maestro ahora hecho sombra.
De noble se vistió su alma
y de novel sus grafías,
en la simpleza de sus días,
la templanza de sus susurros,
en la mocedad de sus años.
En la memoria de mis putas tristes
quedo marcada su grandeza, la cúspide
de su sentir
la mesura de sus instintos
las últimas marcas de sus letras,
letras de García.
¡Letras de "Gracia"!
ResponderEliminarVeo dos dimensiones en este poema, dos poemas paralelos, pero me gustan las imágenes y los vestidos que cuelgan de cada palabra
ResponderEliminar