Los silencios se
agotaron, de pronto abrí una puerta,
¡ahí estaban ellas!
dos soledades amándose sin ninguna explicación
ni sentimentalismo, manejados
por el instinto
y las ganas de
acompañasen en un sólo mundo.
Nada importaba,
ignotas o conocidas,
simplemente no
estaban deshabitadas,
la efusión se hacía
presente,
no había lugar a
principios ni moralismos.
Los cristales se han
roto,
la embriaguez llegó a
su auge,
hasta terminar en el
agotamiento.
Y simplemente las
soledades se dan la espalda en espera
de un nuevo,
amanecer.
Al final no logran
llenar los vacíos,
sus vidas se tornan
en la secuencia
de los vicios
nocturnos, solubles, exquisitos, pasajeros,
grotescos, esos que
sólo traen con ellos más soledades
inciertas.
¡Soledad sin soledad!
ResponderEliminarUna vieja estancia más allá del mundo sin mundo ni estancia, indivisible porque no existe la división, en espera de un nuevo amanecer
ResponderEliminar¡Te contrataré como decorador de hogar!
ResponderEliminarEn este mundo vale más saber un poco de todo que estar especializado en una sóla carrera. La versatilidad es una ganancia: vale más amarse sin ninguna explicación que difuminarse en razones que en realidad nadie ha pedido
ResponderEliminarMe quedo con esa valiosa sentencia: "La versatilidad es una ganancia: vale más amarse sin ninguna explicación que difuminarse en razones que en realidad nadie ha pedido".
ResponderEliminarMuchas veces las soledades inciertas son las más confusas, porque llevan en sus raíces restos de tiempo. Y nos cuesta adivinar que tras una creencia hay un resto de incertidumbre... que no lo limpias por más que creas en ella
ResponderEliminarA veces las incertidumbres no son manchas y las certezas no son todo lo limpias que debieran...
ResponderEliminarEso es verdad, siempre deberíamos hacer una reinterpretación detrás de una interpretación, para que nada quedara en el aire, pero ¿qué pasaría si el hacerlo nos cambia los esquemas y comprendemos que los que tienen que organizarse somos nosotros?
ResponderEliminarComo figuras interpretativas interpretándose a si mismas. Algunos esquemas son realmente jeroglíficos.
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