Súbete a
la loma de la oscuridad
ahora que mis
palabras saben a cielo
porque mañana estarán
mis nubes
de sol lloviendo
muerte.
Mi torre abandonada,
mi torre aislada,
mi torre extraña
quiere remover las
preguntas de las cosas
sobre su cumbre de
rocas
y las gaviotas que
pasan.
Otro amanecer,
otro día más,
mi postura de poeta
me engaña:
me abruma con
su penumbra
para soñar las
estrellas,
cabalga sobre las olas
para afrontar el
mañana.
No puedo desmerecerlo, sería como tirar piedras contra mi propio tejado.
ResponderEliminarMe gustó también la primera vez que lo leí.
Me recordó al aprendiz de poeta de los solitarios paseos y las intrincadas reflexiones alrededor del istmo amurallado de Erizana (esa pequeña patria común desdeñada que aún trato con cierto desdén).
¡¡¡¡Ulises va creciendo y la teta se angosta!!!!
Sus frases cada vez van tomando carices más adultos, es cierto. Cuando lo escribí quise separar las frases en grupos (por ejemplo 4-6-7) para que su mensaje se hiciera más comprensible. De todas formas, cuando lo leí por vez primera me pareció un tanto inconsistente, pero seguro que tú estás más cerca de él que yo
ResponderEliminarEsa actitud crítica es positiva porque puede darle un matiz diferente al poema, pero me gustaría que te explayaras más en esa visión de "inconsistencia" para mejor apreciarla.
ResponderEliminarSúbete a la loma de la oscuridad
ResponderEliminarahora que mis palabras saben a cielo
porque mañana estarán mis nubes de sol
lloviendo muerte.
Ulises quiere explicar lo que siente en imágenes, como si invitara al lector a un recorrido por su vida, por su cambio, el hoy y el mañana al que muchos poetas se refieren, quizás diría:
"Súbete a lomos de mi oscuridad
ahora que mis palabras sabes a cielo
porque mañana las nubes y el sol
lloverán muerte".
"Mi torre abandonada,
mi torre aislada,
mi torre extraña
quiere remover las preguntas de las cosas
sobre su cumbre de rocas
y las gaviotas que pasan"
Quizás esa torre en la que vivía y ahora ha dejado, es extraña... y empieza a preguntarse qué hace en ese lugar o un mundo que él creía verdadero y que ahora, cuando le llegan las primeras preguntas, ya no lo ve tan claro.
"Otro amanecer,
otro día más,
mi postura de poeta me engaña;
me abruma con su penumbra
para soñar las estrellas,
cabalga sobre las olas
para afrontar el mañana".
Entonces llega la cruda realidad: cada edad vive en su torre, no se parecen unas a las otras. Es interesante que el poeta mire en el interior de su alma.
No sé qué pensarás tú, pero a mí me puede parecer que falta algo más, algo que termine de darle cuerpo
Todo son conjeturas, porque no sabemos realmente lo que piensa el autor y que imágenes fueron las que le inspiraron.
ResponderEliminarCreo que al principio podría referirse a que debemos tener los pies siempre en el suelo, incluso en el momento álgido de nuestra plenitud, porque es bien cierto que cuando se asciende demasiado rápido, sin pausas, se puede precipitar uno al vacío con igual presteza.
La siguiente parte del poema hace alusión a una atalaya, a un objeto inmutable y absoluto en el tiempo, desde el que se vislumbra la cotidianeidad (el alma inmutable del poeta que quiere certezas removiendo las preguntas de las cosas).
Al final, el poeta, el profeta o lo que fuere, se engaña porque no tiene las respuestas; pero es esa forma de auto-engaño la que conforma su existencia, en último caso es la búsqueda la que nos define.
No sé si le falta algo de cuerpo, eso depende de la subjetividad del lector.
Tienes razón, Raúl, sólo era una manera de ver lo que ha escrito el autor desde un punto de vista, ya que cada escritor o poeta refleja lo que siente su alma en un determinado momento y nadie somos quién para negarle su pedazo de gloria pues él mismo se la ha ganado. Y si él define su interior de una determinada manera es la suya. Sólo quería dar mi parecer de manera que se le diese una entidad a los sustantivos ahí definidos.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu punto de vista, tu forma de definir el poema: ya te dije que tal vez tú te sintieras más cerca de él que yo. De todas formas, cada poeta siempre le sacará a las palabras un aliento que nadie haya sentido, de manera que el poema se enriquezca a medida que cada uno lo lea