Cascadas de Ézaro
Me trasladas en el tiempo
con tu voz
susurrándome al oído.
Por eso vine
a recordarte,
porque te
echo de menos.
No me llena
tu voz,
me trasladas
en el tiempo.
De ti he
aprendido mucho.
Y muchas
veces tuve que mentirte para que el mundo no te ahogara,
que no te
separara de mí.
Te doy todo
mi ser.
-1989-
Un poema un poco disperso, como agua de cascada...
ResponderEliminarMe trasladas en el tiempo
ResponderEliminarcon tu voz susurrándome.
Por eso el recuerdo,
por eso la falta.
Me llena tu voz,
me traslada en el tiempo.
Muchas veces tuve que mentir
para que el mundo no te ahogara,
Como siempre, tu punto de vista es muy real y claro. Veo que sigues teniendo ese toqué crítico pero a la vez respetuoso que inculcas en tus poemas. Yo no rompo, como pudieras hacerlo tú algunas veces, ese toque provocativo, sutil; mis respetos a tu punto de vista,limpio al leerse el poema
ResponderEliminarMenos mal que tú lo ves respetuoso... Estos días me he parado a pensar en lo que estoy escribiendo en el blog y creo que hay demasiada grasa y colesterol. Siento haberte salpicado con todo esto. Alguien debería, en mi caso, decirme que soy muy malo y que trabaje más lo poco rescatable y salientable, así que me encamino sin remedio hacia la anorexia de las letras. Deberíamos ser más críticos con lo que escribimos!!!
ResponderEliminarTambién tengo que decirte que la limpieza y la humildad está en la grandeza de tus respuestas, y que yo peco demasiadas veces de imprudente e impaciente en los comentarios.
EliminarSólo eso Jean, trabajar y trabajar en los versos, lectura tras lectura.
Como tú dices lectura a lectura, así va cayendo por sí misma la paja que le sobra al poema. Yo siempre he defendido que lo primero que te viene a la mente es en verdad lo válido... y es verdad pero no siempre, porque muchas veces el subconsciente te engaña con imágenes que pudieran modificar el poema pero que tú primeramente no ves: se pueden corregir. Tengo entre toda mi colección de poemas dos carpetas en las cuales intenté trabajar todo mi trabajo en dos años diferentes y los que he publicado tú me has dado el parabien: eso me hace pensar que lo escrito se ha ido transformando con el tiempo. Hoy sientes que habría que limpiarse, pero eso el primer paso en el camino... siempre. En lo que has destacado del poema me parece descubrir que tú pones el énfasis en el sentir humano, no en el razonar: eso quise definirlo yo pero siempre el sentimiento cuando pretende ser de verdad, termina dejándose arrastrar por imágenes sin sustancia. "No me llena tu voz, me trasladas en el tiempo. De ti he aprendido mucho", para mí esa última frase es significativa, pero EN EL CONTEXTO está de más. "porque te echo de menos": un sentimiento humano... y tú le das una vuelta. Muchas veces no está mal desafiarse y pretender sacar de las palabras un jugo, siempre será adecuado al tiempo presente que estás viviendo
ResponderEliminarEs fundamental no dejarse llevar por la "avaricia de la creación", detenernos a reposar el poema y a corregir los despropósitos. Es necesaria esa distancia y esa actitud. Estoy revisando buena parte de ellos, pero hasta posteriores lecturas no se irán encauzando hacia su forma definitiva.
ResponderEliminarEs verdad que el poeta tiende a mecerse en las imágenes bucólicas y eso no le deje aprovechar el caudal inmenso que tiene en su interior, la imagen que, por complaciente, le hará dar un salto a su interior y rescatarse. yo fui un poeta rescatado y no me arrepiento de ello, porque ante todo es lo que soy, no puedo ocultarlo.
ResponderEliminarMe agrada esa imagen poética del rescate: el poeta rescatado y los versos reescritos. Diría aún más: si no somos recobrados y redimidos, no merecemos nuestras letras.
EliminarRescatarse y reescribirse a sí mismo es quizás algo que sale de lo normal del poeta, pero es un paso necesario: liberarse de las telarañas que le impone el mundo. Mu chas veces esas telarañas que son nuestra parte animal y que están ahí para aportarnos la inquietud del resarcimiento
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