Me llamo “el muro de la vergüenza”
porque fui muro en otra vida…
hierático y frío,
un muro sin perdón.
Me llamo muro porque fui batalla
en otra
vida.
Y no pregunté dónde estaba el límite,
no lo pregunté:
ése fue mi
error.
Levanté una distancia entre el tiempo y yo,
pero ni el tiempo me acompañaba,
ni el tiempo:
sólo quería superarlo.
Me llamo “muro” porque fui abismo de un tiempo
que ya pasó.
Ya no me busques, no,
porque aún me siento atado
al ayer.
-2016-
Hay algún "yo" que le sobra y algún "tiempo" de más. Muros de la vergüenza y de las lamentaciones..., demasiados escombros.
ResponderEliminarSe colaron demasiados "tiempos", tienes razón. Hoy la escombrera está llena de reliquias y de santos, pero los muros no han caído. Los tiempos se repiten, deberían servirnos de aprendizaje. Yo lo expresé así, pero hay muchas maneras de verlo
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