En mis sueños te he amado atravesando
tus carnes sudadas,
navegaba en ti, cabalgaba tu ser,
besando silencios y aguas.
Era parte de tu cuerpo, alma
aprisionada en tu alma mojada.
Músculo que en músculo agonizaba
dejando su fuerza y su savia.
Para surgir aun inflamado de ansias y
fuego de llamas blancas
que te corroían por dentro, abriendo
zanjas y albas robadas
en el terso ocaso de tus pechos, en
el valle oculto de tu espalda
y te amaba, besaba y socavaba la
fecundidad de tus tierras
engendrado pasiones en tu vientre,
inundándote de luz,
rompiéndome en olas en tu playa de
arenas doradas.
Y en mis sueños te devoraba libando
tu miel y tu saliva
succionando en cada beso la esencia
de vital de tu cuerpo
hasta ser tú y ser yo amarrados de
lenguas y miembros,
atados por los labios, deseos y
palabras aun no pronunciadas.
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