El día aborta nuevos
dolores
y malas noches
y malos días
que siembran sueños
de prostituirse en público
y se revelan contra
la nostalgia
y lloran las vísceras
cuando olvidamos
el diálogo
el pan
el amor
que se regala sin
recompensa
crujen viejas puertas
de acero
devoran gamines y
espirales de alondra
en mis muertes
anteriores fui torturado
en mis pinturas de
mañana la vida es respetada.
Héctor Medina
¿Una tortura respetuosa? Unos versos entre el acero y la alondra...
ResponderEliminarDel ayer poco conocemos, sólo arrastramos; del mañana divagamos... pero siempre las heridas de ayer son las más sangrantes
ResponderEliminarNuestro pasado nos marca irremediablemente, nuestro futuro algo que construimos con el ayer.
ResponderEliminarAsí es, Héctor, un pasado siempre arrastra una carga de algo no resuelto, incompleto, atolondrado tal vez, pero es siempore un punto de referencia para construir lo nuevo, algo nuevo que hemos visualizado, pero que con el tiempo hemos de materializar
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