Cada vez que no se me ocurra decirte algo la
calentaré. Ya le traje algo caliente de casa.
No hace falta que me compre otros guantes. Me
acuerdo de Alicia: se va a enfadar cuando reciba mi carta, me gusta más
enfadada, a ver si la termino. Compré hojas blancas para seguir escribiendo a
máquina.
Me gusta que cada día despierte algo nuevo
dentro de mí. Me dirá
que soy el pequeño creador de ilusiones
y todavía no conozco el rencor.
Poder oírlo al amanecer es sentir dentro del alma la
flor
que me trae la madrugada,
y vino para llevarse una sonrisa,
habrá un sentimiento hermoso
de saber que pude colaborar con ella.
Me gusta que cada amanecer
me encuentre aquí, sentado,
esperando todo lo que me traerá hoy.
Me hará más feliz
por estar a mi lado y el sol me traerá el calor
que no pudo helarse con el rocío.
Me gusta saber, mi mente
se esforzará en descubrir y así irá conociendo mejor
la vida.
Ese algo nuevo que me parece que tienen los
poemas se llama Guadi.
Aún no vino. Al final escribí un poema, ya lo ves,
pero no lo hice por que me parece que no hay sitio.
No será siempre igual cada día.
Ese algo que en la mañana se mueve, ese algo
que no sabe qué decir si se enfada…
es paz,
hay una sonrisa en los momentos de tensión,
es calma. Contigo se llama igual que tú.
No será igual cada vez que te veo despuntar por el horizonte…
No será igual cada vez que te veo despuntar por el horizonte…
porque es diferente a cada paso
la vida.
Lo que me apena es no haber traído la libreta.
El día que me encontré a Mayte le dije que se me había enfadado Begoña y ella
me dijo: “Es la novia de Humberto”: se refería a la mayor. No era ésa, pero
siempre es bueno saber, ¿no?.
Ente cada nube hay una palabra.
Pero nos pide ser sólo para ella durante un instante…
un instante nada más.
Hay tantas cosas que ella quisiera convertir en
realidad…
que un espacio les parece suficiente
para llenar la vida.
Y su luz es tan grande… quisiera tener esa fuerza
para siempre caminar seguro,
pero me gusta más comprenderle cada día,
cada día descubrir lo que me aguarda.
Ella pasa todas las mañanas
a través de mí.
No hace falta que brotes,
sólo querré guardarte
para una próxima vez:
cuando sea mayor mi conocimiento de la existencia.
Puedes dividirte, compartirme
consolarme… ir junto a quienes más me necesitan;
pero otro día te llamaré y tú serás la esperanza
para mí.
Ese misterio que palpita en el aire.
cada mañana me gustará recogerlo para ti.
Ya no hay sitio para los poemas y me parece que tampoco para las contestaciones... A esperanza regalada no se le mira el diente.
ResponderEliminarMe parece bien darle al relato ese toque de sencillez que marca un rapaz ilusionado. No me parecería bien ocultarlos, no. En cada etapa que pasamos nos sentimos el rey de una historia, pero si la vemos desde hoy es pasada, aunque muchas veces nos conectamos con esa energía que pasó
ResponderEliminarNo se trata de ocultar sino de quemar sin prejuicios. No todo en una cosecha es digno de llamarse pan. Sabes que soy bastante irónico, pero en mi ironía no hay subterfugio ni risa velada.
ResponderEliminarEso lo sé, siempre una palabra directa es la que lleva más autenticidad. Es verdad que no todo en una cosecha es recolectado, pero muchas veces de lo que parece más intransitable pueden aparecer caminos o incluso atajos que resulten ser sanos y realmente bellos
ResponderEliminarLos cuervos llevan joyas en los picos, la simiente despreciada.
ResponderEliminarTodo lo que respira en este firmamento es útil y tiene su razón de ser. La joya de sus picos es todo lo que no hemos sabido comprender por nuestra inconsciencia
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