Me pidió el botón
de una camisa, tenía que subírselo arriba y, aunque le pregunté a Malena dónde
solían estar, los busqué por las tres cajas. Sólo hallé dos. Podía tener yo
alguno en la mesilla, tenía uno y me alegró. Subí, también estaba mi padre
allí. Cuando se los di me dijo: No sales hasta lavarte yo las manos. El tono
era suave, así lo entendí y las miré. No estaban tanto como hacía unos días,
pero estaban más en los dedos. Mi padre dijo: “Espera, que está buscando una
explicación”. No me gustó tanto eso. Parece como si él siguiese como antes,
aunque menos. De todas formas, aún es pronto. Pasó un día y, como me dijo ayer
Antonio, suponía que pronto iba a pasar todo eso.
Pasó un día, el mayor cambio, es
que la noto más tranquila. “¿Qué le pasa ahora a éste?”, me dijo mi padre. No,
me parece que él no cambia tanto. Bueno, no importa, es mamá la más importante
en estos momentos. Está más tranquila. Nos ha engañado a los dos. Me da pena
haberte dado esperanzas. Yo estaba totalmente convencido. Y te lo dije a ti también.
Pero creo que nos faltó algo.
Parece estar tranquila mientras todo vaya bien. En la cinta de flores de la
puerta, la última de abajo empezaba a estar seca. Y estalló. Ayer por la tarde,
subí a escribir después de comer y bajé sobre las seis. Iba a regar. Como eran
las seis, le dije: Aún me da tiempo a escribir uno y bajo. Bajé sobre las seis
y media. Y regué. Hoy, al enfurecerse, dijo: “Bajaste a las ocho, cuando vino
tu padre. No regaste”. Incluso ayer noche, cuando entré después de regar los pimientos
y los tomates, al final acabé comenzando a hacer hoyos, me dijo: “¿no te dio
tiempo a regar, no?”. Le contesté: Si regué…, pero no me dio tiempo a más,
porque quise regar así para ver la película. Y ya había empezado. Iba para la
de color.
Nos ha engañado. Y dijo: “Sé que
cuando me vaya vas a empezar a escribir. Pobres animales. No vas a atender ni a
las gallinas…”. Creo que por donde podía empezar a hacerme daño era por las
mentiras. Y me parece que son los perros. El viernes le vi empezando a regar
esa cinta. Supongo que debí acordarme de ese “no se atreverá”. Otra vez la
culpa fue mía. El agua se pierde. Quise hacer un hoyo con el sachito y me
parece que dañé una raíz aunque no quería. El sachito estaba tirado ahí, junto
a las moreras. Tenía razón Antonio. Una pregunta y una respuesta. Me acordé de
Quico. ¿Sabes cuándo seré mayor?. Cuando logre escapar de la tensión de mi
madre. Y eso no sé cuándo ocurrirá. Y se acerca el día de mi cumpleaños. Tengo
ganas de decirle a todos que no quiero nada y mandar a la mierda cuanto reciba,
pero ¿con eso qué consigo?. Creo que lo mejor va a ser aprovecharme de ese día.
¿Qué voy a conseguir con decirle que la cinta la pensaba regar el lunes, porque
el viernes lo dediqué a los pimientos y el fin de semana no se riega?. Los
poemas son las únicas ayudas que puedo tener en estos días… ¿Y Ana?. Puede que
esté enfadada conmigo. No, no puede ser verdad, ¿por qué?. Lo cierto es que me
gustaría que lo estuviese. Me haría sostener una esperanza de que siente algo por
mí. No sé si escribirle yo antes. Le conté el episodio que me sucedió con Ana y
puede que se haya enfadado. Pily me parece que se enfadó por aquello que le
dije de que le iba a pedir por novia. Me dejó de llamar y de escribir. Más
tarde le llamé yo y me dijo que era mentira el enfado, pero no volví a saber de
ella.
Un día escribí: A veces pienso
que el olvido es muy extraño. Las cosas marchan tal y como llegan. Pero me hice
un lío con los verbos y no lo continué. Ana, en el baile me dijo un día: “Tú no
me caes pesado, pienso que eres bastante simpático”. Ahora dudo que piense
igual. Y escribí: Dime si algo ha cambiado entre tú y yo. Dime si ahora…, pero
no lo seguí. Cuando bajé a Ramallosa, me encontré con una carta de Ana. Y,
mientras subía, pensaba escribir lo que luego escribí. Muchos días de sueño,
(antes había puesto “fueron”) de ilusión; al menos la tristeza no nos la robó
tan pronto. Teníamos tiempo para saborearlos en medio de la felicidad de
aquellos instantes. Ahora llegaron a su fin, no importa, un día así tenía que
llegar. Pero no se va de vacío, te deja unos días de recuerdo. en verdad, se me
pasaba por la mente el escribirlo. Se puede eternizar este sentimiento.
Hay varios fragmentos que seducen con su esencia (cotidianeidad y lenguaje llano -no simple-).
ResponderEliminarHe hecho una breve recolección para prodigar un extraño fragmento que espero cuestiones con tu comentario.
"En la cinta de flores de la puerta, la última de abajo empezaba a estar seca.
Subí a escribir después de comer y bajé sobre las seis a regar.
Aún me da tiempo a escribir.
Bajé sobre las seis y media.
El agua se pierde. Quise hacer un hoyo y me parece que dañé una raíz Junto a las moreras. Tenía razón Antonio. Una pregunta y una respuesta.
A veces pienso que el olvido es muy extraño. Las cosas marchan tal y como llegan.
Al menos la tristeza no nos la robó tan pronto. Teníamos tiempo en medio de la felicidad de aquellos instantes. Ahora llegaron a su fin, no importa, un día así tenía que llegar. "
Hay varios fragmentos que seducen con su esencia (cotidianeidad y lenguaje llano -no simple-).
ResponderEliminarHe hecho una breve recolección para prodigar un extraño fragmento que espero cuestiones con tu comentario.
"En la cinta de flores de la puerta, la última de abajo empezaba a estar seca.
Subí a escribir después de comer y bajé sobre las seis a regar.
Aún me da tiempo a escribir.
Bajé sobre las seis y media.
El agua se pierde. Quise hacer un hoyo y me parece que dañé una raíz Junto a las moreras. Tenía razón Antonio. Una pregunta y una respuesta.
A veces pienso que el olvido es muy extraño. Las cosas marchan tal y como llegan.
Al menos la tristeza no nos la robó tan pronto. Teníamos tiempo en medio de la felicidad de aquellos instantes. Ahora llegaron a su fin, no importa, un día así tenía que llegar. "
La cinta de flores era un espacio bastante largo y estrecho en donde se ordenaban las flores: es una forma de definirlo. Al menos la tristeza no nos robó la ilusión "A veces pienso que el olvido es muy extraño" es una de esas frases que me llenaban al escribir, pero que no seguí.
ResponderEliminarMe gustaría que cada parte del relato que se publica tuviera frases de las que hacen pensar, pero no siempre es así. Una pregunta siempre nos llevará a una respuesta nada más.