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domingo, 13 de enero de 2013

Mariora dijo José Angel está triste


  Mariora dijo: José A está triste porque Quico no le deja ver la tele (El me dijo que, si quería verla, fuese para la de color, con todos). Mi madre dijo: “Tiene 24 años. Voy a ir. No quiero gastar una luz”. No sé por qué voy. Por un lado pienso: Porque me despierta, y por otro: Me hace daño. Pero no quiero quedarme sólo en cama. Pudiera ser peor. Sería peor.

  Fui allí. Pensé que lo peor sería al principio, pero en cuanto llegué la chica se desnudaba. Me fui. No, olvídalo. Me parece que un desnudo era lo que buscaba ver. No me preguntes qué me ha pasado ahora, porque ni yo mismo lo entiendo. Algo que pudo haberles enfurecido, fui a lo de Chicha a buscar horquillas y me paré con Mari Carmen. Me dio el papel indicador del viaje y me dijo que le llevase hoy la pancarta y el estandarte. O mañana a Lence. Me imaginé que los tendría Nacho. Al volver me había olvidado de las gaseosas, (creo que fue entonces lo de Mari Carmen). Me preguntó por ellas y volví a preguntar. La respuesta fue “si”, me preguntó que fuera a ver si quedaban y quedaban seis. Dijo que valdrían. Me parece que está afeitándose, pues hay luz y creí verlo a él. Le dije lo de M. C. “La pancarta está en Vilariño, quedó allí. Llama al Padre Luis”. Le llamé.

  Como estaba en la cocina, pensé: Se lo pregunto yo. Pero al ponerse él, apareció mamá y sólo le dije: te va a hablar mi madre. Estaba allí. Pero M. C. me había dicho a ella o a Lence, puede que lo quisieran para algo. Y a partir de ahí empezó a endurecerse todo. Se lo dije cuando estaba en el televisor, no me hizo caso, así que fui a la cama diciendo: Tú cuelga, después te lo digo, me gustaría que le colgaran. Pero colgó y me dijo eso mismo. Yo le quise decir que no tenía intención de que se pusieran así. No sabía nada. Supongo que pensó que quería terquear. Se unió también mi padre a la discusión. Y aquello se volvió más negro. “Seguirá discutiendo en bajo. ¿Qué le vas a pedir?”: Yo vi negra la máquina, así que me callé. Cuando pasó todo dijo mi madre que había que poner la mesa, y le dije: Yo la pongo. Como se refirió al episodio anterior, le comuniqué mi no intención y respondió: “Eres tan terco”. Pero no comprendí nada. Había que preguntarle algo a mi padre y me dijo: “Tú no”. Y ahí acabó todo. Ahora vamos a comer y después se van.

  Creo que fue de cuando me empezaron a decir que no esperara nada de mis hermanos, cuando empecé a fijarme en el novio de Mariora, Gil. No sé por qué lo hago, el caso es que no le veo tan separatista como tal vez otros parezcan. Me lo recordó hoy, porque pienso que lo que tengo yo es una especie de mimo en mi manera para hablar, en el fondo me parece tonto. Sólo sé que Gil me contestó cuando le pregunté, pero me quedó un sinsabor extraño. Quise expresarlo en un poema, pero no me convence mucho. Te lo voy a decir a ti, me gustará qué puedo decir a través de ella. Muchos ríos, muchos labios, muchas palabras que brotan de un mismo manantial, de donde bebió la vida, cuando necesitó darle agua y viento a tanto verde. Todos juntos, pero el mismo lenguaje de nuestros sueños, todos aquellos de un dios, cuando chiquitos, y quisimos conocer lo que había detrás de nuestro alrededor. Y encontramos todo, tan grande se mostró la naturaleza, que nos gustaba crear más y más palabras. Ya sabes que me gusta escribir. Lo que quise empezar a decir en el poema es diferente a ese mañana. No sé decir que el mañana pueda cambiar de un modo tan brusco. No tengo palabras para definir esa sensación de extrañeza, hace mucho que caló en mi interior para responderle por mis labios.
  No sé qué es lo que quiere, si busca algo a mi lado para hacerme dudar otra vez. Ya pasó, tanto tiempo conocí imágenes de ese tipo, ahora no quiero decirles que me pueden olvidar, pero sí sé que tengo en mi alma otras muchas cosas que pueden saciarle. Ahora le dije a Nacho, si iba a ir a Vilariño para llevar el estandarte éste grande que me puso mi madre en la habitación. Él me dijo: “Mamá y papá casi le pegan porque el estandarte está en VIlariño”. Y me parece que es eso lo que me enfurece más, porque ahora pensé: Bueno, se pusieron así porque son así ellos (aunque dije palabras peores, en relación con el “así”. Y sé que voy a lamentarlo un día. Tanto que pienso de que con una barra de pan al día me basta, me voy a tropezar con una desilusión. Quico salió. Le dije a Mariora si había dejado las luces encendidas para cuando llegase, y me contestó: “Si, tranquilo que no se queda fuera”. La noto cambiada ahora que vino de Lugo. Yo te iba a decir que ella misma debe tener una responsabilidad que yo desconozco, y se enfadó porque le estropearon la plancha, pero cuando se marchó Nacho, me dijo: ¿ahora qué querías tú, que antes no pude atenderte?. Y, cuando le enseñé la camisa de manga corta que pensaba llevar, me dijo que me iba a planchar otra, que ésa era muy fea.


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