No he buscado amigos
en los enormes barrios de la gran ciudad
ni en las calles más habitadas prohibidos.
No he buscado amigos en donde todos dormían en
seda,
en donde todos vivían con sus mascotas
y tiraban las colillas al suelo.
No.
He buscado amigos en los lugares más remotos que pude
encontrar,
en donde había un sitio para la razón y otro para el
alma.
He buscado amigos sin cesar,
y he buscado ríos y he buscado fuentes;
he intentado vestir con ellos las madrugadas que
sentía.
He buscado cauces donde sólo había cauces, he buscado
sueños.
Y para ello quité de mi mente las falsas profecías que
me hacían creer,
que me hacían dudar
o que me hacían sufrir.
Y sé que he hecho bien no alejándome del universo en
ningún momento.
Promete..., pero habría que destilarlo para que sus vapores alcohólicos nos hicieran disfrutar con todavía mas vehemencia.
ResponderEliminarTienes razón, Raúl, le falta un algo, un aroma especial que se respira en otros textos. Perro lo que sí es cierto es que define lo que quería expresar: una búsqueda continua que muchas veces se topa con los límites que le impone el mundo. Y entonces mirar el universo y te sientes bien al estar en él. Y pides que no te falte
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