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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



lunes, 16 de mayo de 2011

Yo el escritor el ser humano

Si, me gustaba sentir, me gustaba ser niño. Aunque sólo fuera por soñar. Amigas, sueños, podía conocer, podía sentir, les escribía cartas, les mandaba versos, no era difícil escribir. Escribía por el camino, en la noche, a solas… podía sentirme reflejado en las palabras.
Me sensibilizaba ante la realidad sola, casi abandonada, la realidad que sufría quizás como yo.
Me sentía bien escribiendo, tapando de esta manera el dolor, empujándome también.

                          Místicamente 22-VIII-1983

Latiendo en cada naufragio
a punto de disolverse en el mar;
sin miedo, sin desilusión, sin
haber conocido la traición.
Un suspiro, un aliento invisible
existente en cada realidad.
El místico entorno de una palpitación olvidada
todavía musita tu nombre.
No quiere que desaparezcas de su presencia;
cogerte, estrecharte en sus brazos,
quiere llevarte en alma con ella.
Aquellos silencios entregados por tus manos al vacío
volverán
para agradecerte el haberles enseñado la soledad.
Y tú, secreta e íntimamente,
seguirás viviendo en cada obra.

Ya cada poema estaba tomando una imagen concreta, y eso me alegraba: no era yo quien escribía a través del papel, era mi alma la que latía de esa manera. Y había algo más: me hablaban también a mí. José Ramón me animaba a que siguiese así, siempre me decía que podía hacerlo mejor. Y Raúl también. Aunque todavía miraba el camino muy lejano.

                                    Libre, como las aves
Decid de mí lo que queráis.
Yo soy como soy, porque así no soy un proyecto
de nadie ni el reflejo de un hombre
fracasado.
Soy así porque mi corazón
me mueve a ser así. No quiero ser
lo que los demás quieren que sea.
Ya sé que no invento nada nuevo,
que todo está descubierto antes que yo.
Pero sé también
que si la vida me impulsara
a crear un nuevo camino
que pudiesen seguir otros luego,
os ganaría, pues mi mente
está llena de secretos
que vosotros no conocéis.
No quiero ser vuestro emblema
porque soy libre.
Libre, para volar.

La vida empezó a ser lucha, ¡si yo pudiera transmitirla!. Debía luchar yo, convencerme que podía, aunque no fuera sencillo convencer al mundo. Debía romper con mi ayer, un ayer que me había arrastrado hasta donde estaba ahora y que me llevaba… No, dejarme llevar no, sentía el peso de los años: podía hacerlo. La vida debía ser algo más, podías ser algo más… y yo era vida, como todos los que había a mi alrededor. No sabía quién se oponía a mí, quién ponía trabas en lugar de horizontes.
                                       Fuerte contra ti
Me siento fuerte contra todo.
Menos contra ti
que eres el principio y el fin del mundo.
Y eres la verdad
y un reino en mi mente
y en la tuya.
Fuerte contra ti
como todo lo que invades cuando susurras, pero no contra tu silencio
ni tu destino.
Porque hoy me he levantado distinto
a como era ayer,
hoy todo es diferente
y es mío. Me puedo vencer
si pronuncio tu nombre
o tú si me reconoces
podrás hacerme débil.

Llegado a este punto, me gustaría que me permitiesen hacer un alto en el camino. Y no es que me distraiga, no, "digo un alto en el camino" porque por aquel tiempo empecé un trabajo de verano en un puesto de helados. Sería algo diferente, sería un trabajo por fin. Y llegó el primer día y pronto me di cuenta que debía buscar algo más que hacer, algo que escribir… pero era cierto que tenía que ser algo diferente, pues había conocido a unos chicos en Bayona que también tenían inquietudes por escribir, y me estaban haciendo ver que muchas veces escribía poemas muy simples, muy de amor, de amigas… y seguro que podía hacerlo mejor.
Ahora me gustaría leerles el comienzo del relato que allí empecé a escribir.

A él tal vez le gustaba ser como yo:
Algo borracho, embebiéndose continuamente en todo lo que hacía, de aquí para allá.
Y quedaba ensimismado; aquello le conducía a otros lugares, a otros pasados.
No podía olvidarlos, quisiera dejar aquella pesadilla, pero sólo estaba él en la habitación.
- ¿Te acuerdas de aquellos días al calor de las palabras?. Nunca podrás sentirte solo.
- Si, claro que lo recuerdo. No lo podré olvidar. Además, siempre lo llevo conmigo, en cada paso, en cada mirada. Queda su sombra en cada huella. Conmigo él sabe que siempre existirá alguien a quien le gusta oír sus viejas aventuras.
- ¿Quién eres tú?. La sombra de mis manos en las paredes quiere sentir tu belleza.
- No sé. Soy tú mismo. Inventando historias, como tanto te gustaba. No un payaso aburrido que vaga siempre a donde quiera que va. Soy ese rostro que siempre te encontraba, esa sombra que te seguía, siempre supe que te iba a encontrar.
Era él, sin duda, cómo hubiera podido olvidarse de todo aquel ayer. Lo poseía, lo llevaba arraigado en la sangre. Siempre sabía a dónde viajar. Cruzaba bosques, caminos, no estaba lejos. Detrás de cada monte emanaban de su corazón partículas de esperanza. Entre todas formaban a sus pies una inmensa alfombra donde iba a discurrir su paisaje.
-¿Te acuerdas?. Eramos nosotros dos. Solos tú y yo. Me gustaría descorrer tantas cosas del pasado… como tú. Me gustaría lograr todo eso que siempre fue una ilusión.
- Ahora estoy solo. Todo es mío. No, no me hagas vacilar.
Era él. La habitación no sabía de qué hablarle. Había quedado muda. Sólo admiraba su entorno.

4 comentarios:

  1. La crítica no siempre tiene que ser benevolente. Una palmadita en la espalda no te hace ver las cosas de otra manera, sino que nos lleva a la auto-complacencia. Sin embargo una apreciación discordante, una visión nueva, un abrir los ojos a distintos horizontes -esto si nos puede hacer cambiar y arrastrar el ego a lugares remotos e insospechados-. Bueno..., tengo que regar los pimientos que planté ayer antes de que el sol esté demasiado alto. Te dejo hasta el próximo comentario!!!!!!!!! raul

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  2. Algunos poemas ya los conocía pero me ha sorprendido gratamente la cadencia de uno en particular, algo distinto a lo que habitualmente conozco de ti, tal vez porque me he reconocido un poco en él. Se trata de "Místicamente".
    Yo solía componer algunos versos que me recordaban un tanto a una cierta actitud profética de solitario ermitaño atrapado en su locura. No me acabó gustando esa forma de escribir al estilo Zaratustra. Así que los fui diseccionando meticulosamente, separando el grano de la paja, quedándome con frases que consideraba esenciales. Cada frase amartillaba a la siguiente como un percutor, logrando una cierta rotundidad y fuerza que generalmente acababa en un pequeño aforismo o una frase aún más rotunda. Este poema tuyo me ha recordado mucho esa forma de escribir (sobre todo por ese ritmo de frases concluyentes). Piensa en él, profundiza y observa el contraste que hay con los otros.

    raul

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  3. Acuérdate cuando estábamos juntos y al escribir jugábamos con las imágenes, con las palabras... El año también es muy importante pues era una de las primeras veces que intentaba escribir de esta manera. Y el interior de un naufragio es muy bello, pues contagia de imágenes al que busca en sus sonidos, en sus ecos

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  4. Amigo anónimo, cuando escribí esta composición también me sorprendió al final, lo cual le daba un toque de misticismo y de irrealidad, pero de esa misma ritundidad que me indicas. Había escrito cada línea metido en una imagen que tenía grabada en la mente, cada frase era un peldaño más, una secuencia más... no pensaba en otra cosa, sólo seguía el ritmo. Y fue la parte de un sueño. Así las dos frases finales me devolvieron a la realidad

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