Nadie sabe que lo que escribo es mi lucha…
que lo que yo escribo está escondido en el
alma de las piedras
y respira en sitios en donde no respira
nadie
y se duerme a medida que yo duermo
en el polvo del camino.
No deben saber que necesito de la espuma
de cada día
como si fuera el coral que unas manos
delicadas
siembran en el silencio.
Que cuando estoy lejos de los ríos que se
cortan
vibro al escuchar una voz diáfana
que me muestra arpegios de otras épocas
y no me sabe a pan rancio.
Tal vez nadie sepa que aún me duermo
esperando escuchar la voz de la noche
bañar mi ventana desnuda y gris
y que sus sueños me revelen verdades que
no pueden decirse,
que apenas sé lo que significan.
Tal vez nadie sepa ni yo que camino
por senderos blancos y no me importa que
el frío de la noche
me apunte la ruta que debo seguir.
Quizás no deban saber que fui un roble
que el viento no abatió
de entre las ramas cristalinas del ocaso,
que me baña el agua que el universo
vierte,
que se mece en los lagos…
que reluce en los cristales del arco iris.
Es.. una esperanza larga...... pero firme
ResponderEliminarme encanta tu escrito y te felicito
tal vez pudiera estar en un buen libro de poesia
enhorabuena
Así es, Ana. Estamos adquiriendo conciencia de lo que somos
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