Y busqué sus
carnes… frescas, jóvenes
y al tacto de mis
dedos
me hice como
ellas. Y olí
su aroma joven y
me impregné de él
y desatendí mi
vida después
para atender la
suya.
Entonces agarré
el cuchillo y le rajé:
fue mi primer filete.
-2019-
El humor con impronta!!! Me gustan los finales inesperados y desesperados.
ResponderEliminarMuchas veces lo inesperado y la desesperación son las dos caras de una misma moneda. "Agarré el cuchillo y me rajé" sería oportuno también
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