Esa chica…
ella es mi mujer,
la que yo quiero.
Es una pero representa a todas.
Aquélla
bajo cuya sombra me envuelvo,
bajo cuyo manto me pierdo.
Es aquella mujer que me hace feliz a todas horas,
junto a la cual mi alma palpita
velozmente.
Esa chica que sólo es belleza,
que sólo es alegría,
sus ojos me sepultan en la fantasía más profunda.
Ella es mi mujer,
la que yo quiero.
Mi amor por ella es tan fuerte
que salta en el cemento…
pero me es impedido alcanzarla,
por eso
la llevo en el recuerdo.
- 1982 -
Cemento y recuerdo pueden ser apropiados, pero no para esa rima. Me gusta esa mirada que sepulta fantasías...
ResponderEliminarNo me parece que Fausto buscara esa rima, tal vez sólo quisiera algo de sensualidad, un apartarse del mundo en el que vive. Yo destacaría de sus poemas las pausas, que guardan un orden estricto. Sólo intenta definir el sueño que le mueve. Destaco su inocencia y su aplomo, su fantasía es parte de inocencia
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