cuando estés enojado o colérico. Habrá palabras
que recorriendo este aire querrán venir a posarse en tus sentimientos para que
tú mismo les hagas conocer la luz. Habrá rayos que dejarán impresa en tu mirada
la carrera del amanecer. Los ojos del sol cubrirán tu pasado para volverlo
transparente. Igual que el de ellos. No te dirán que algún día puedes verle
fuera de tus corazones. No te lo dirán, no, porque ellos también soñaron
contigo un día.
Yo dedicaría mis palabras a los dos: a ti y a
tu furgoneta. Gracias a vosotros yo he pasado unos viajes felices en mi vida.
Hubo de todo entre nosotros y todos esos malos momentos los olvidaba contigo.
Me gustaría recordar los buenos momentos: recordar contigo todos esos
encuentros, todos esos detalles felices… me parece que me unieron más a ti.
El otro día por ser demasiado ingenuo y hoy por
ser demasiado pensador: me sentí más alegre y satisfecho. Ahora todo eso no
importa: se quedarán en recuerdos personales que le libren la esperanza de
saber que mañana puedes estar esperándoles. Que te llevarán con ellos. Ya sólo
te queda el pensar qué les dirás mañana, que te ayudarán a olvidar y que
volverás a vivir. Vendrán con otro traje, distinto al de hoy, más nuevo, te
presentarán lo que puedes hacer y tú te darás cuenta que esos vestidos no son
distintos a los que llevaba ayer, que son los mismos: sólo habrá cambiado tu
ilusión.
Nunca termina la
historia
si no te tiene a ti
con ella. Nunca podrá
ser consumada
con esa palabra
cualquiera
que se quiera parecer
tanto a ti.
Me gusta decirte que
es tuya sola. Incluso queda el sabor
a que pasaste
tú por ella,
combinando
cuanto sabías
del colorido de la
madrugada. Incluso se queda feliz
sabiendo que un
instante
será para ella y se
lo dedicarás
con toda tu alegría.
Ahora sabe que tú
estás oyendo
su melodía.
Ahora estoy en Vigo. Llegué tarde y aún fui a
correr, así que no le vi. El pantalón gris y un jersey. También traje la
libreta, así que tranquilo. Haré otro cenicero tal vez. Otra vez cuento con
Felipe, eso me alegra, aunque me remuerde la conciencia por aquello con Teresa.
Estuve con él y vi también a Marina: siguen alegres conmigo.
Ya me empiezan a preocupar los días en que pueda
llegar más tarde de las ocho y media. El primer día es hoy. Me afeito por la
tarde, o sea que los besos los doy ahí: a Begoña, me lo prometió, y a Loli. Me
encontraré con todos aquí, esta tarde, no sé dónde queda este sitio. No hace
frío: llueve, pero no hace frío. A ver qué dibujos hago, porque tienen que ser
todos distintos. Y alternando con otras cosas. A María y a alguien más les
repartieron el dinero, tal vez por trabajos vendidos.
Ya no llueve, esperemos que siga así todo el
día. Y sobre todo la noche: je, je… me gusta el escrito que le ayudé a hacer a
Begoña, me gustan todos: Teresa y el mío. Los otros fueron personales de cada
uno, también me gustan. Voy a hacer un pequeño librito, a ver si me animo o a
escoger algunos poemas. Los primeros de amor, y empezaría por el primero, el
primero de la primera libreta: el Incendio, No sabrás… en la segunda también
hay muy bonitos, la colección que le dediqué a Ramona. Me acuerdo de Tali, no
está bien no ir a verle, a visitarle, al menos saber que sí se acuerda de mí.
Los recuerdos pasan
y se van olvidando.
No hay una razón,
pero ellos saben
que deben seguir la
ruta
que les ha señalado
la vida, siendo semilla
para otros muchos
momentos
que te buscarán.
Los recuerdos pasan,
más bien se van renovando,
Entregarán todo lo
que son
a cada uno.
Aprendieron mucho de
esta vida y ahora
quieren ser los
espíritus
que impulsen nuevas
ilusiones.
Ya me empieza a parecer haberlo escrito antes.
Sobre todo cuando cambió de hoja. Ya empiezan a llegar las madres, la profesora…
Voy al baño, tengo ganas de escribir, por supuesto.
Son las cuatro y media. Llegué de la fiesta ésa, fuimos a su casa a las doce
más o menos. Salí con todos. Sólo una perdí.
Prefiero quedarme con
esa alegría
que en el papel
pudiera marchitarse
destruyendo
partículas de
eternidad.
Prefiero que tú vayas
preguntándome
que es lo que he
encontrado, pues así podré soñar
con ese intervalo
que se puede llevar
impreso.
Prefiero quedármela
de un modo que encuentre
cuál es su familia,
de un modo que sepa
reproducir
si se encuentra en
peligro
lejos de mí.
Quiero quedarme con
esa alegría.
Bueno, piensa en el dibujo que harás mañana.
La hoja caída que levanta su vista al árbol seco y le
tiende todo el amor que abre una esperanza. Y sigue escribiendo a máquina: les
encantan tus poemas.
Ya me dieron la idea de publicarlos.
Aguántame, porque no seré capaz de estar a su lado ya.
Ya estoy en Vigo.
Ayudé a una señora a encontrar a un señor de
una de estas casas: eso me animó un poco. Puedo ir a Santander, Humberto tendrá
la compañía que tanto deseó: dormiremos juntos. Sin querer no separé bastante
la mano izquierda ayer cuando doblaba el pasillo y rallé un poco el reloj. Ya
no viene más en la semana Pily: por un lado me agrada… pero ayer no le pude dar
un beso al marchar, me duele por ella.
Cualquier mano amiga
es un síntoma
de ese calor que
busco.
Hay muchas historias:
unas felices,
otras
no Decirte adiós no es tan fácil.
Déjame estar a
solas!. No sé qué diré
en esos momentos,
pero necesito estarlo
antes que lo necesite.
Tal vez ahora
ya no sabría vivir
sin él.
Asun ne dijo: “De parte de Ángela besos”. Pero
no le debió gustar. Bueno, yo también me animo, pero temo que eso se lo diga a
todos cuantos hayan llegado. Creo que la historia es cierta.
Decir adiós creo que puede animarme a hacer uno
o más poemas cada mañana el saber que a Mayte le gustan.
Bueno, ya queda poco. ¡Sigue calentando la
mano!. Loli me trajo hojas para escribirte. Y más que traerá… Quiero aprender
alguna canción más. Recuerdo la de “A veces pregunto al viento…”, pero sólo me
sé la mitad. Si no siempre son las mismas. Cantaré Un velero llamado
Libertad, Anduriña, Wendolin, La vida sigue igual y Beso a beso, dulcemente. Y
no sé por qué es así, porque no me oigo la voz.
Puedo pintar un poco el dibujo: la hoja, el árbol, al
fondo el horizonte, color de cielo y un poco más oscuro en los bordes. Con
ceras quedará muy mal: tú nunca lo has sabido hacer así. Ya le pregunté a Mayte
ese saber para qué lo quiere. Creo que me gusta más dárselo, pero un paisaje de
mis sueños.
Hoy vendí las que quedaban. Puso seiscientas y
no las pensaba poner, suponía que quedaban más. El ambientador me lo compra y
entonces sólo quedarán veinte. Me dijo que no trajese más, pero enseguida le
corté por Vilariño y la tía.
Como no vino Pily salí de allí pronto y a las
dos menos cuarto me cogió Yayo… Y menos mal que toda la tarde estuve afuera,
¿no?. Bajé a las cuatro y media, me dijo que me apurara, pero subí cerca de las
siete. Llevaba una excusa preparada, pero no hizo falta.
Encontré a Felipe. Esta mañana había llegado a
Vigo y cruzando Castrelos, el semáforo, estaba parado. No cambió. Ahora todos
los días le podré esperar antes de las ocho y media. Era el pedacito de Vigo
que me faltaba para completar la ilusión en que vivimos.
Mañana se celebra el cumple de Loli, no me
acordaba. Me siento muy feliz allí, un taller donde ya estoy integrado en la
familia. No dirán nada por que un día te vuelvas pequeño como ellos y comiencen
a vivir tus ilusiones. No dirán nada por que un día venzas tu malestar y
compartas tu alegría con ellos. Ni porque expreses tus ilusiones te dirán que
ellos también buscan tu necesidad. No dirán nada por que un día parezcas un
aburrido o un odioso o tal vez porque digas que esta vida ya destapó su
crueldad.
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