Aunque no me vean
todos esos recuerdos…
puedo soñar. Y es una
mirada pura,
como
ésa que se llevó el viento. Pensar
que renace en
nuestras vidas
cada vez que se
cruzan.
Y puedo volver a
verlo todo tal y como lo imaginé.
Aunque no me vean sé
que me están escuchando
y están ahí.
La sonrisa como
siempre la deseé,
volverá para quedarse
a mi lado.
Ella me lo recuerda
en la distancia.
Una frase que me
gusta: “Es mejor vivir negro que mal pintarrajeado”.
El sentido de mi barca
marca las incidencias
de mi alegría.
Un mar que se mueve
al compás de ese
detalle
de cada día y mi
barca discurre suavemente
como esa caricia
que puede
transformarse,
conservarse,
descubrirse. Mi barca
sabe siempre
comprender
el mar que puede
avecinarse
sobre ella, se mece
al mismo compás de su amor.
Al sentido de mi barca
no le gusta
ser siempre una barca
perdida, si una barca perdida
descubre su tesoro.
No me llamó Bego esta
tarde, por que aprovechando el que Lourdes quería salir con ella y su madre
saqué doble tajada. Toda la tarde fuera y le llamé para avisarle. Voy a ver si
puedo seguir el poema… Ya lo acabé. Me duelen los pies: jo, el paseíto. Bueno,
el miércoles.
Me va a llamar una
chica a las ocho… Ya pasaron, pero espero. Ya empiezan a calentarse los
vapores. Y ahora la vamos a fastidiar más porque me llamó Bego y me
preguntó si ella me gustaba a mí. ¿Qué decir?. Estuve un rato hablando,
bastante largo. Le voy a decir que me lo escriba por carta. Le respondí: “yo
también”. Le dije a Bego que no estoy preparado mientras sea joven.
Mañana voy a ver si
hablo con Bego, le digo que me lo pregunté en una carta. No quisiera herirle
por mi culpa, pero tengo que seguir esperando. Incluso si me dirá que no vuelvo
a Vigo. Fui sincero, pero también es una sinceridad extraña y me parece que
ella quiere seguir teniéndome retenido.
Ya ves que pasó.
Ellos no son capaces
de sobrevivirles
a las tempestades de
la vida. No tienen
ni siquiera cuerpo
para pensar,
una razón para
decidir. Eran parte de la noche
que se acercó al
pronunciarlas. Y ahora
se fueron con ella…
Cuida este vacío, no
sea que te encuentres con ella
de nuevo.
Tal vez el tiempo
te dirá
que no pueden volver.
Muchas veces, cuando
debería estar
tranquilo y la paz envuelve mis entrañas
y la calma está
presente en mi vida,
me enojo contra el
aire. Mi mente
se llena de estrellas
que partieron y todo
lo que quiero olvidar
busca un por qué,
una razón. No sé qué
decirme…
y me enfado.
Sólo dime que sigues
conmigo.
Me gusta
enfadarme así con
ella. Son los enfados
que más pronto
olvido, porque mi recuerdo
se llena de ese
detalle hermoso
que ella me recuerda
cada vez que me mira.
Me gusta
enfadarme así, si
está ella
conmigo.
Mientras corría
mi tiempo se iba
llenando
de ti y sé
que lo harás feliz
cada vez que sonrías.
No hará falta que yo esté cerca,
no, pues él
es mi mensajero y
vendrá a ocupar
el espacio
para la eternidad.
Mientras esté
corriendo estaré pensando
en lo que le puedo
decir.
Y será el mensaje
de nuestra sonrisa
en el aire, quien te
dirá
que estoy aquí.
Toda la tarde
diciéndome que no me esperaba, porque le buscaba desde el borde casi de la
pista, y ahora me pregunto por qué no. Pudo ser que sí. Yo no lo pasé muy bien,
por ella bailé dos al principio. Y después voló. Bailé con Mari Carmen, con
Rosi, vi a Ana y bailé alguna. Después me encontré con Ángeles, la chica de
Panjón, y bailé varias, después quiso fumar y tuve que irme. Fui a Ana, no
bailaba: eran muy rápidas. Me enfadé con ella, ponía cara de enfado. En
un momento me dijo: “¡Sonríe!”. Y sonreí. Después de un rato aún bailé
más con ella. Marché sin ver a Loli, Paz me decía que en la otra pista, pero no
lo había pasado tan mal.
El primero lo hice:
mitad allí, mitad con Manolo y el interior en casa y el otro en casa, se me
ocurrió durante el camino.
Con calma creo que es
como mejor podrás pasar los días. No me dirás que no lo pasaste bien en lo de
Remigio. A veces apoyabas tu cabeza en las otras, no hablabas tanto. Como te
dijo Ana: “Es que tú hablas mucho”. Ya viste una de las sorpresas que te
encontraste: Ángeles. Y pareció complacida de bailar contigo.
No hace falta
que lo hagas
cuando yo no te vea,
ni que te marches
sin darme una
explicación.
Al contrario, déjame
estar
a mí presente, para
que sienta
una sinceridad
como la que yo
buscaba.
Déjame hablar
contigo, porque
me harás cambiar. Y
dedicarme
algo más
de lo que siempre he
sido.
No me digas nada,
muchas veces
prefiero soñar. Saber
que todavía
soy necesario. Pensar
que se puede realizar
el sueño de mi vida.
No me digas nada, aprenderé
que hoy el aire
hablaba conmigo.
Aunque no me vean
ResponderEliminartodos esos recuerdos…
puedo soñar. Y es una mirada pura,
como ésa que se llevó el viento. Pensar
que renace en nuestras vidas
cada vez que se cruzan.
Y puedo volver a verlo todo tal y como lo imaginé.
Aunque no me vean sé que me están escuchando
y están ahí.
La sonrisa como siempre
volverá para quedarse a mi lado.
Muchas veces
ResponderEliminarme enojo contra el aire. Mi mente
se llena de estrellas
que partieron y todo lo que quiero olvidar
busca un por qué,
una razón.