Infancia añorada,
vidas inocentes
que disfrutan del día,
sin especular el
mañana.
Un niño, un ser
activo,
cada día una prueba,
un hermoso momento.
Era de la alegría,
de vivir cada día,
sin ese feo temer
a los dones de la
vida.
Todo es juego,
una mera ilusión,
de crío vivir
mola un montón.
Que nada profane
la inocencia y la
felicidad
de ese niño humilde
que habita en paz.
Pues rudo es el pecado
que malogra la vida
de persona tan grata.
Se corresponde a un comienzo, aunque todo comienzo se malogra si sigue atado a su principio.
ResponderEliminarTienes razón que se malogra, pero también todo comienzo necesita su tiempo para crecer y ese tiempo se lo debe marcar él y su aprendizaje. Por eso cada persona debe tener su propia madurez.
ResponderEliminarHay frases que deberían destacarse a pesar de la sencillez del poema. Muchas veces almas grandes se ocultan en las estancias más sencillas para desde ellas involucrarse en laa vida
Es hemosa tu respuesta, pero necesito que el poema muestre esa madurez que se afana en desmentir.
ResponderEliminarDémosle tiempo entonces y no lo aneguemos en las propias aguas en donde anegamos a tantos otros.
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