No hace falta hablar, ya sabes que hay palabras
que aún no entiendo y encontrarme con ellas sería una destrucción. Coloreaba la
realidad, todo cuanto puede ver bajo esos ojos bellos. Ya no me importó que
fuese un extraño, quizás porque me había convencido serlo, me llenó de alegría
aquella palabra.
Al principio no quise convencerme de ella, pero
su sonrisa, su mirada; tal vez parecía un poco más alegre. No había ningún
mensaje, ninguna propuesta, pero ella lo había cogido del aire: también es
sinceridad cuando puede ser de ese modo. También, no sé, pero yo me encuentro
vacío sin ella. Descubriré ese alguien que me quiera sin conocerme, yo tal vez
lo fui conociendo sin darme cuenta. Rompió la soledad, dejó la huella de no
volver a verlo nunca. Y a mí me comunicó cuanto había realizado.
Lo dijo espontáneamente, la primera, me querían
quitar la esperanza. Sólo sé pensar en ella, toda mi vida viene a mí en estos
momentos para descubrir un motivo, una causa, pero sólo se encuentra con ella.
Si, hubo algunos días en que le consideré ajena, lejana de mí, en otra
naturaleza de fulgor. No era de esa manera, me doy cuenta que era otra, pero
estaba tan cerca de mí, que mi mente sólo sabe nombrarle hoy. Puedo ver algo a
lo que llegan muy pocos, que sólo soy yo en esta vida, aunque sean tantos los
que me acosan.
Me encontraré con ella. Llegará, porque estaré
esperándole. Me gustaría dejar toda mi vida en este pensamiento, sólo puedo
dejar un trozo de ella en él y disponerme a continuar. Bueno, me quedan muchos
días para volver a verle. Me gustaría conocer sus ilusiones, el parecido que
pudiese tener con las mías, tal vez sea uno de los escollos que iré
descubriendo al paso del tiempo. Veo pasar, quería decirle, veo pasar todo,
pero ese algo que no pasa, ese algo que se renueva cada amanecer, ese algo
nuevo, lo refleja en sus ojos.
Su mirada podrá seguir siendo igual, pero para
mí comenzará a descubrir un nuevo significado. Del ayer pienso que ya no queda
nada que podamos continuar recogiendo. Del ayer sólo el recuerdo ha
sobrevivido, el hermoso, solamente el que encierra un parecido con el de hoy.
Ese ayer no tiene colores, como puede ser tu pensamiento a nuestro lado, ese
único pensamiento que nos consuelo. Sólo sé pensar en ella. Me entregó las
llaves que en un momento pude desechar entre nosotros. Me desagrada la idea que
pudo estar esperándome mientras yo caminaba perdido. Me desagrada la idea de
haber sido un inconsciente tantas veces. Por lo visto, una de las semillas de
amor cobró vida entre nosotros y hoy sólo podemos estar hablando de ella.
No, no me digas que hay un relativo estado de
indiferencia en mis palabras. La luna está a mi lado y herirás su partida,
herirás todo cuanto puede ser el sueño de su descanso, de su reposo, allá en la
inmensidad del cielo. No, no me digas que fueron mis palabras despreocuparse de
ella, quitarle el alimento que fue su impulso, el sustento que le mantuvo
gravitando en torno nuestra. No me digas que ahora ya puede despedirse de
nuestro lado. Cuando me acuerde de ella, quiero encontrar todo liso, sólo el
susurro que me repita sus palabras en esta noche.
¡Cómo tarda el tiempo de traerla a mi lado!. En
esta espera de que aún no ha de venir, sólo puedo murmurar sus palabras. Tal
vez después no me acuerde de todas cuando intente recordarlas. Pero no importa.
Las suyas sólo fueron cuatro hablando de ti. Puedo recordarlas a ellas. Puedo
unir en un sueño aquella mirada que parecía tan feliz. Ella también es sincera,
cuanto pudo ser de silencio, ya no puede existir. Me cuesta llegar a comprender
esos trozos de un pasado que no quisieron seguir buscando. Me cuesta hasta
llegar a pensar que yo les vi partir sin otras ilusiones. Pero más me cuesta
pensar que fui yo quien les di el impulso. Ellos se fueron y sus ilusiones las
dejaron conmigo ya creadas. No comprendes que fue huella de un periodo de vida,
no comprendes que a nuestra espera la que le va alimentando es toda nuestra
reserva. Ahora si, ahora que tú me hablas, comprendo mejor aquello que fue
nuestro sueño. No quiero encontrar contigo ningún obstáculo, también la vida
quiere sellar el pacto de nuestra unión.
Cada uno somos libres, pero es una libertad
ligada en una misma alegría, un mismo descubrimiento en nuestra eternidad. Si,
también ella, ¿por qué no?. Siempre está contigo, así que siempre podrás hablar
de ella. La eternidad, mi eternidad, ese algo ya unido a mí en otro tiempo. No
hizo falta que le añadiese nadie. Ahora que te voy conociendo mejor, sé que era
de día cuando tú comenzaste a brotar como el primer retoño, y así quedó para
siempre. Ya ves, sigo enamorado. Como cuando era un niño. Tanto que podía haber
descubierto si hubiese sido de otra forma de ser. No quiero quedarme, sólo sé
que cuando llegue ella ya no podré mirar a otra. Ni acaso porque pueda
parecerse o ser idéntica. Puede, tal vez, que diga lo mismo, la misma intención,
pero ya no podrá darle el mismo sabor de un primer día. Me hizo no sentirme
extraño acaso puede ser mi primera vez.
Es un cuadro con muchas pinceladas sensibles (podemos extraer con nuestra jeringa algo de sangre de ese caudal venoso, cascada inconcreta y sensual) pero no distingo aún la claridad de un paisaje suficiente. Eres como un niño abofeteado por la malicia del amor, víctima de una incontinencia (refiriéndome a la renuente afectación). Frases para sustanciar una barbaridad de poesía, mas poesía todavía insustancial. Comprendo las referencias del momento, el día a día, la voz del diario, el camino para llegar a nuevas percepciones. Sigo siendo crítico pero no nocivo ni emponzoñado en la crítica. Necesitamos una enfermera que nos dé un cachete en las nalgas antes de clavar la aguja en nuestros traseros como parte de una terapia subcutánea.
ResponderEliminarEs natural que cuando entre el caudal del amor en un espíritu de niño la primera reacción sea la de perplejidad. Dices que no distingues la claridad de un paisaje, pero me parece que estás diciendo también que sabes que ese paisaje existe: desnudar una realidad es lo más sencillo pues sólo tienes que proyectarla en tu interior,lo más complejo en este caso es concebirla. "Pinceladas sensibles" intenté unir en algunos poemas primeros y el resultado no me disgustó del todo; lo cierto es que si ahora quiero volver a escribir como entonces no podré porque cada universo es auténtico del momento en que se vive: puedes transformarlo, pero no revivirlo.
ResponderEliminarAyer fui a Santiago y quería estar contigo. Encarna también lo quería, pero desde que perdí el teléfono perdí tu número y no sé tu casa. Llámame si puedes
Pinceladas sensibles:
ResponderEliminar-No hace falta hablar, ya sabes que hay palabras que aún no entiendo y encontrarme con ellas sería una destrucción. Coloreaba la realidad, todo cuanto puede ver bajo esos ojos bellos. Ya no me importó que fuese un extraño, quizás porque me había convencido (de) serlo.
- Al principio no quise convencerme, pero su sonrisa, su mirada; tal vez parecía un poco más alegre. No había ningún mensaje, ninguna propuesta, pero ella lo había cogido del aire: también es sinceridad cuando puede ser de ese modo.
- toda mi vida viene a mí en estos momentos para descubrir un motivo, una causa, pero sólo se encuentra ella. Hubo algunos días en que le consideré ajena, lejana de mí, en otra naturaleza.
- Me gustaría dejar toda mi vida en este pensamiento, sólo puedo dejar un trozo en él y disponerme a continuar. Me gustaría conocer sus ilusiones. Veo pasar, quería decirle, veo pasar todo, pero ese algo que no pasa, ese algo que se renueva cada amanecer, ese algo nuevo, lo refleja en sus ojos.
Su mirada podrá seguir siendo igual, pero comienza a descubrir un nuevo significado. Del ayer pienso que ya no queda nada que podamos continuar recogiendo. Del ayer sólo el recuerdo ha sobrevivido.
-no me digas que hay un relativo estado de indiferencia en mis palabras. La luna está a mi lado y herirás su partida, herirás todo cuanto puede ser el sueño de su reposo, allá en la inmensidad del cielo. No me digas que fueron mis palabras el sustento que le mantuvo gravitando en torno nuestra. No me digas que ahora ya puede despedirse de nuestro lado. Quiero encontrar el susurro en esta noche.
-¡Cómo tarda el tiempo de traerla a mi lado!. En esta espera, sólo puedo murmurar sus palabras. Tal vez después no me acuerde de todas cuando intente recordarlas. Puedo unir en un sueño aquella mirada que parecía tan feliz. Me cuesta llegar a comprender esos trozos de un pasado. Ellos se fueron y sus ilusiones las dejaron conmigo ya creadas.
-Cada uno somos libres, pero es una libertad ligada en una misma alegría, un mismo descubrimiento en nuestra eternidad. La eternidad, mi eternidad, ese algo unido a mí en otro tiempo.
EN ESTE TEXTO NO SE VISUALIZABA LA POESÍA DE UNA MANERA CONCRETA Y SIMPLE, TUVE QUE TRABAJARLA UN POCO Y UNIR ALGUNA DE SUS PINCELADAS (HAY UNA CONSTANTE REITERACIÓN DE PALABRAS TIPO "ELLA", ETC.). ESPERO QUE NO TE DESAGRADE ESTA VISIÓN QUE ESTOY SEGURO SABRÁS REPARAR Y PERDONAR.