Ya cuento con varias amigas.
Cuando se pone a disparar es algo único. Un
señor le dijo que a ver cuándo le mandaba los cestos y armó la bronca cuando le
pregunté si, en verdad, le había llamado. Yo me hice un lío, él no me había
dicho eso, pero me imagino que tampoco voy a saberlo, porque tampoco dice
siempre la verdad. Me duele la cabeza ya al pensar que no sé por dónde va a
salir. Y sus preguntas dañan más. ¿Te acuerdas el día que me preguntó sobre lo
que había quedado mal compuesto?. Le dije que se lo diría en el momento. Pues
nada. Me dijo que algunos se podían vender los cestos sin barnizar, pues yo me
fijaba en este rectangular que se está rompiendo. Tampoco hubo diálogo.
“Pues vete al pueblo y coge los que te llevé
sin barnizar”. Pues voy. Ya Mayte no quiere comprar aquélla que hice. Pues lo
hago. El señor, Sito, se quedó toda la mañana sin hacer nada por no tener para
barnizar. Y, mientras venía, pensaba decirle: Los llevo por el barnizador
especial de allí. Total, se lo dije, pero me parece que faltó algo. “O todo o
nada, ¿no?. Ya nos echaste mierda encima”. Y no podía decir nada.
Ahora, por las tarde, parece que se tranquilizó
un poco. “Toda la razón es tuya, ¿no?. Te metiste delante del coche, ¿quién
sufrió a tu lado, horas de médico, viajes a Murcia, ¿y todo eso?”. Bueno, pero
no se puede quedar ahí. Ahora necesito otro tipo de ayuda.
Me dio la comida, ahí habló un poco, cuando le
fui a pedir más, pero lo que hice mejor fue el irme a escribir para arriba.
¿Cuáles serán las represalias?. En Vigo ya se dieron cuenta que les tengo
miedo. Y sigue diciendo eso de que me quedaré solo. Bueno, olvídalo.
Ya tienes otras historias hermosas. Le dije a
Teresa que había escrito sobre ella y me pidió que se lo leyese. Le leí un
poco. Que le copiase a máquina y encontré unas hojas en lo de Quico. Ya todo va
cambiando, todas me lo decían. Cuando me dijo Sito que Pily me quería, me
extrañé. Hoy le vi junto a José y me di cuenta, Sito me lo aclaró. A José le
gusta ella, pero ella no siente tanto apego. Voy a ver si puedo ayudarle. Tal
vez hablando con ella. Pero no voy a saber qué decirle. Tal vez le influyera a
José lo que le llamara Mayte un tanto enfadada.
Ahora voy a bañarme y mamá está hablando con
Mariora, le amansaré porque le diré que Sito había quedado sin trabajo. ¡Ah!
¿Es que decir algo en serio es amenazar?. Entré con temor en la cocina, pero no
pasó nada.
Bah! Olvídalo! Mira, piensa en ella para el
viernes, y luego en Loli para el domingo. También dijeron que irían Luisa y
Saulita. Puedo decirle a Pily que yo le quiero como amiga, que espero ese beso
en mi cumpleaños, pero hay otros que le quieren más que yo. Tú acaso pudiste
llegar tarde, muy tarde a lo que otros comenzaron, tú eres una añadidura sin
valor. Primero le convencí que había sido él. Yo me lo creí y, al final, no
era. Me da igual. Olvídalo. Piensa en ellas. Mañana tendrás que decírselo a
Pily. No te olvides de llevarle el cesto. Tú quieres sentirte más integrado en
aquella familia. Volveremos a encontrarnos con ella. Renacerá en otro lugar,
pero no olvidaré tus palabras fácilmente. No olvidaré que en un momento
pareciste quererme, dejar todo por un instante. Hoy me gusta volver a repetir
tu nombre, algo con lo que yo siempre había soñado. Me gustaría olvidar. Pienso
que no nací para tener un carácter duro, siempre he creído en la utilidad del
diálogo. Pero, a veces, parece un terreno peligroso. Sólo tengo que reconocer que
no fui sincero, o que no le conocía aún lo suficiente. Sigo pensando en Pily.
Hoy me olvidé de traer el bolígrafo
azul. Sigo pensando en Pily, creo que ayer no me encontraste muy animado,
¿verdad?, yo tampoco noté estarlo. Y es por ella. No sé qué flechazo insertó en
mí, pero sólo fueron necesarios esos pocos segundos. Caló hondo, y ni ella ni
yo somos inconscientes. Y, en este momento, cuando pienso en ella, hay algo en
este corazón mío que quiere reproducir aquellos segundos, pero sólo puede
esperar porque sólo ella lo sabe. Y, junto a ella, también aparece Begoña. Creo
que el margen de distancia que puede existir entre las dos, es que Pily, sin
decirle yo nada, me tocó, digámoslo así, penetró en otra vida, en otra
oscuridad para dejar de serlo. Penetró, y no tuvo miedo de lo que pensara el
pasado. Tantas historias podría contarle, pero no hace falta, porque ella ya
está encabezando una.
Mi corazón quedó libre hace algunos días
pensando en ella, y a todos los guardó en un lugar más profundo. No puedo
dejarme vencer un día, si hay una vida por delante. Ese quedar libre tan lleno
de amor, es la libertad soñada, es el convivir pudiendo estar contigo. Ellas,
Begoña, la otra Begoña y no sé si alguna más, sé que se acordaron de mí oyendo
aquellas cintas. Que sean felices. Me encontrarán al final del tiempo,
esperando sus amaneceres sinceros. Esperando, con ganas de encontrarles. Esa
respuesta no soy yo el encargado de encontrarla. Aunque soñar que me quieren no
es suficiente, ahora van a llegar, me levantaré y no será otro día monótono el
que aparezca. Nunca llegará a ser monótono, si hay un sueño que me va diciendo,
con su lenguaje tan familiar, al pan, pan y al vino, vino. Y hay veces en que
se deprimirá la estrella, pero tienes que pensar que todos somos así algún día.
O a veces tal vez. Sin ese síntoma de realidad, perderíamos la luz que alumbra
nuestro mañana y dejaríamos ese poder.
No, vuelve a releer ese sueño pasado. Ya ves
que se puede conjugar de todo un poco de una manera rítmica y melodiosa. Pues
ahí estoy yo hablando contigo, ahí pudimos entender mejor qué fue de aquel
ayer. Ha sido todo nuestro ayer, sin poder pasear por sus veredas. El mar está
en calma ahora, sólo espero tu presencia junto a la suya, para mostrarte todo
eso que te ha guardado. Vamos. No cojas una barca, entra tú. Si lo quieres, no
te mojarás, pero tú bien sabes que a su lado, quieres llenarte cada vez más de
su cielo, de sus estrellas.
Vamos, desnudos de rencor, sólo está ella con
nosotros, deja esos harapos. Pero no le detengas. Bien sabes que el distraerte
es soñar con ella. No le detengas, sueña y distráete si quieres, pero sabes que
el detenerse se clavaría en ella como tantas otras lanzas que hieren sin
manchar. Lanzas, hechas de sangre, que atraviesan, un dolor más incandescente
para marcar esta vida, una huella tan difícil de olvidar, sólo puedes llenarte
de hermosura para dejarla de lado. No dejarle amanecer, sabes que hay otras
muchas cosas que se oponen a su presencia, esa ilusión que te envuelve a ti
ahora en otra huella, pero más bella, indestructible. Y es que a ti te gusta
que sea así.
Volveremos a encontrarnos. Renaceré en otro lugar, pero no olvidaré tus palabras fácilmente. No olvidaré que en un momento pareciste quererme, dejar todo por un instante. Hoy me gusta volver a repetir tu nombre, algo con lo que yo siempre había soñado. Me gustaría olvidar. Pienso que no nací para tener un carácter duro, siempre he creído en la utilidad del diálogo. Pero, a veces, parece un terreno peligroso. Sólo tengo que reconocer que no fui sincero, o que no le conocía aún lo suficiente. Me encontrarán al final del tiempo, esperando sus amaneceres sinceros. me levantaré y no será otro día monótono el que aparezca. Nunca llegará a ser monótono, si hay un sueño con su lenguaje familiar. Y hay veces en que se deprimirá la estrella, pero tienes que pensar que todos somos así algún día, desnudos de rencor.
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(El mundo maltrata la inocencia, pero la inocencia nunca dejará de existir).
La inocencia es el tesoro que nos une a ese ser divino que llevamos dentro, pues los niños son inocentes porque lo conocen todo y todo lo atesoran en su interior, no ese mundo que nosotros hemos fabricado y corrompido con nuestros egoísmos y nuestras obsesiones, sino ese mundo que es luz y ausencia de oscuridad. La inocencia es su vestido más puro que el hombre envidia y por eso reprograma a su manera. La programación es el arma letal del ser humano, pues la inocencia viene libre de ella
ResponderEliminar¿Qué te ha parecido el poema que he dilucidado de tu escrito? Estaba ahí, como muchos otros, queriendo ser recobrado. Destaca la sencillez, la profundidad y el espíritu que atesora. Sin duda lo enmarcaría como una de tus prolijas obras porque siempre ha estado en tu obra, oculto para los ojos, tal vez, pero desnudo de rencor. La inocencia es un tesoro, sin duda la fuente a la que alguna vez hemos querido regresar.
ResponderEliminarMe ha parecido muy concreto y a la vez limpio (muchas veces las imágenes sólo logran enmascarar la verdadera cara del poema, aunque en un principio pretenda aportar. Otras veces sacabas del texto un fragmento mío y lo definías, por eso no me había fijado mucho en tu aportación. ¿Sabes lo que se respira en él?: serenidad... aunque yo no la tuviese y eso en realidad desequilibrara el argumento.
ResponderEliminarConcreto, limpio y a la vez sencillo: inocente. A veces, volviendo a los caminos de ayer, te reencuentras con los valores que en un tiempo dejaste marchar porque pensabas de ellos que eran muy simples, pero hoy son los que más añoras y más envidias. Por eso el niño nunca muere.
Date cuenta que la sencillez y la profundidad también tienes que ser valores tuyos, por eso puedes captarlos en otros espíritus. Cierto es que cuando reescribí ese libro, rescatándolo de una libreta que tenía guardada, fue esa sencillez la primera piedra de mi poesía, una primera piedra que se fue fecundando lentamente