Creo en ti amigo:
Si
tu sonrisa es como un rayo de luz
que alegra mi
existencia.
Creo en ti amigo:
Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos.
Creo en ti amigo:
Si compartes mis lágrimas y
sabes llorar con los que lloran.
Creo en ti amigo:
Si tu mano está abierta para dar y
tu voluntad es generosa para ayudar.
Creo en ti amigo:
Si tus palabras son sinceras y
expresan lo que siente tu corazón.
Creo en ti amigo:
Si sabes comprender
bondadosamente mis debilidades y
me defiendes cuando me calumnian.
Creo en ti amigo:
Si tienes valor para corregirme amablemente.
Creo en ti amigo:
Si sabes orar por mí,
y brindarme buen ejemplo.
Creo en ti amigo:
Si tu amistad me lleva a amar más a Dios
y a tratar mejor a los demás.
Creo en ti amigo:
Si no te avergüenzas de ser mi amigo
en las horas tristes y amargas.
Este poema me ha inspirado de forma evidente. Todo en él es positivo y he querido afrontar su contrario.
ResponderEliminarNo hay un rayo de luz en tu sonrisa que alegre mi existencia.
Tus ojos brillan con los reproches de los encuentros furtivos.
Mis lágrimas no compartidas saben a sal.
Tu mano está abierta para subyugar mi generosa amistad.
No hay una palabra sincera en tu corazón: calumnias bondadosamente mis debilidades y amablemente me corriges para sancionarme.
No hay una sola oración que me sirva de ejemplo, pero la penitencia me lleva a amar a más a Dios y tratar mejor al Diablo.
Muchas veces no pensamos que los pensamientos negativos atraen conductas de igual índole, por eso todos deberíamos tener más cautela (y yo me incluyo) en lo que decimos, lo que pensamos.
ResponderEliminarBueno, Dios y el Diablo son las dos caras de una misma moneda, en toda realidad hay dos caras y el aceptar eso es lo que nos hace superarnos y luchar
El mal nos atrae como las polillas son atraídas por la luz. Pero en la poesía, yo creo que se trata de redefinir el mal, de afrontarlo, como esa otra cara de la moneda que está en nuestro interior y que, a veces, nos negamos a vislumbrar. Es cierto que la negatividad conlleva para si negatividad, pero también el bien se define comparándolo con su contrario. El poema puede mostrar un equilibrio entre estos dos frentes o abandonarse rotundamente a la animadversión o a la bondad más absoluta. Muchas veces no sabemos dónde están las fronteras de estas dos percepciones.
ResponderEliminarNo siempre es sencillo distinguir las dos percepciones, es verdad, pero si llegamos a conectar con nosotros mismos, podremos hacerlo. Redefinir el mal es la empresa a la que debemos aspirar, pero siempre teniendo el cuenta que el primer poeta que lo redefina no será capaz de cumplirlo. Muchas veces la palabra camina más rápido que la acción. Cierto es que el bien a veces necesita verse en el espejo contrario.. El poema nunca debe abandonarse a nada, por eso está ahí, luchando
ResponderEliminarLas palabras son más ágiles que las acciones. Es más fácil esconderse detrás de las palabras que de una acción. El fin de la lucha es abandonarse a la providencia, pero me gusta ese espíritu que no da nada por perdido. El poema quiere contender por un todo, magnificándose, ensanchándose, en un destino; pero abandonarse también es una forma de perecer con valor.
ResponderEliminarPero también la palabra es una manera de darle un cuerpo a un pensamiento y es cierto que los sentimientos que brotan del corazón podrán hacerse así más fuertes. De todas formas, y como una crítica constructiva, necesito un poco más de vida en ese poema, me parece un poco parado. Jugaría más "CREO EN TI" hasta conseguir que se leyera por sí mismo y no me diese esa sensación de agua estancada. Por lo demás tiene frases muy bien logradas
ResponderEliminarPara mi toda actitud crítica es positiva (nunca entenderé la crítica como una forma de menosprecio, aunque hay alabanzas que también esconden el menosprecio de lo insulso).
ResponderEliminarEl poema tiene ciertas reiteraciones que se podrían limar igual que asperezas.
No sé si definirlo como agua estancada (todo depende del ritmo), más bien me parece un diario de buenas acciones o una jaculatoria a Dios Padre antes de acostarnos.