Y
sin embargo queda algo dentro de mi mente que me envuelve del aroma que
aspiraba en tu pelo.
A veces lo busco entre los abismos que parecen devorarme y les digo: "No,
que ella está dentro de mí"… y ellos se van, despojados.
Y es eso lo que me da vida, que necesito aguantar, que no me desestabilicen los
sueños, sus imágenes…
pero a veces los abismos son mayores que yo.
Hoy presentí el desaire de lo oscuro,
de
la distancia… hoy se puso contra mí.
Por
eso te llamé: te necesitaba…
aunque
mi cuerpo estuviera preso de las colinas que configuraban su entorno.
Lo mascamos como un chicle, hacemos un globo que finalmente explota y lo seguimos saboreando hasta que pierde el aroma y la consistencia. No nos falta la intención, siempre es mejor intentarlo a no hacer nada. Seguimos mascando hasta conseguir un rombo, un trapecio o un zepelín que nos estalle en las mismas narices para estar orgullosos de nuestra obra (maestría que a menudo acaba en la suela de los zapatos).
ResponderEliminarPero lo mascamos con la intención de hacer ver a través de las entrañas una realidad más, una más. Intentarlo es importante, es cierto, es como ver que estamos en el camino. Pero siempre quedará algo por cambiar, seguro
ResponderEliminarJean, no sabes cuánto te agradezco. Eres la única persona que conozco capaz de sacar alguna sustancia de un chicle pegado en una suela, e incluso algo agradable de un comentario mio, que por otra parte sólo era una reflexión sobre la goma de mascar.
ResponderEliminarA buenos entendedores sobran palabras.
Tu comentario, genial. Siempre descubres algo nuevo, digno de valorar. Gracias!
Raúl, aquí todos aprendemos de todos: es lo justo. Nadie puede asegurar tener una certeza, lo más importante sería moldearla para que todos la comprendan y la apliquen. Y en ello debemos estar todos juntos. Agradezco mucho tus comentarios, Raúl, porque me obligan a ver los escritos desde otro punto de vista. Quien piensa "es que yo ya no voy a cambiar", tal vez sea quien más lo necesite
ResponderEliminarDiferentes visiones nos hacen ser diferentes. Lo que otras personas pueden vislumbrar en tus poemas, no es exactamente lo que tu puedes querer expresar, sino lo que cada una de esas personas descubre de si mismas en ellos. Eso hace que las diferentes interpretaciones, o diferentes formas de sentir, puedan enriquecer aún más una obra.
ResponderEliminarlobezno
Eso es verdad, Lobezno. Y no sólo enriquecen la obra, sino que también te enriquecen a ti, pues muchas veces descubres sentimientos que están ahí y no habías percibido. Y todo eso ha de ser lo que te haga tirar adelante, más allá de lo que pudiste expresar o sentir en un determinado momento.
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