Me acerqué al río intentando buscar la soledad, el silencio… y era el
reflejo de las olas sobre el agua lo que
me hizo sentir otros mundos
diferentes que me hablaron de ausencia y
de tiempo. Quise mojar mis
pies en su lecho, pero no lo hice: sentí
miedo de que al final me
abrazase con su fuerza. Por eso le
escribí, porque me sentía tan cerca
de él como la palabra, que se encarama
primero a cada hoja dócil y
luego recorre la tímida pendiente del mar
como si fuese un suspiro.
-2008-
No hay comentarios:
Publicar un comentario