Pequé por vez primera entre los árboles
del bosque.
No sé qué árboles eran ni qué pecado pude
cometer,
pero cuando me vea en el agua del río reflejado
entenderé la razón que me llevó hasta ellos.
Pequé, si, entre los árboles, de una forma
irracional, casi pueril,
como los infantes al retomar el camino,
como las huellas que allí dejaron.
Era la primera vez,
me quité las sandalias como signo de
arrepentimiento
y el contacto con la tierra me trajo paz
y me trajo silencio.
Sin dudarlo volvería a pecar
con el fin de sentir la dulce sensación que sentí
entonces.
Los árboles aún los conservo en la memoria,
no así el bosque…
que el tiempo destruyó.
Mi
pecado fue no vivir el momento.
Tiene un aire a otros poemas tuyos. El segundo verso me hizo sonreír un poco (No sé qué árboles eran ni qué pecado pude cometer), es susceptible de cierta ingenuidad que también me agrada. Creo que quedaría bien en cualquier selección.
ResponderEliminarlobezno
Muchas veces, Lobezno, las imágenes más simples son las que más nos hacen recapacitar y nos hacen integrarnos en nosotros de alguna manera. Seguro que muchas otras personas verán estados diferentes en esas mismas palabras, la respuesta está al final del escrito. Me alegra que veas ingenuidad en la expresión: una imagen de la naturaleza.
ResponderEliminarConstato lo mismo que Lobezno.
ResponderEliminarEl pecado es un sentimiento controvertido. Gracias al pecado descubrimos otros afluentes que a veces nos sacian y otras nos vacían; pero siempre guardamos el temor a lo prohibido, siempre la penitencia detrás del espejo de nuestra frustración. El hombre libre no teme el pecado; más bien, el pecado es su inspiración.
Era la primera vez,
me quité las sandalias como signo de arrepentimiento
y el contacto con la tierra me trajo paz
y me trajo silencio.
Hay que ver lo que mueve la conciencia un simple texto, ¿eh, Raúl?. El pecado es algo que nos purifica por dentro, más allá de las connotaciones casi místicas que le hayamos atribuido, algo que nos han enseñado desde niños. ¿La enseñanza moral de todo eso?, la conciencia. Y es que las imágenes nos evocan imágenes puritanas muchas veces, pero también otras que tienen que ver más con el espíritu: ahí radica nuestra fuerza
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