La brisa mueve los cristales de algodón
como una noria
y en medio de esa paz me encuentro yo que
estoy a solas y siento frío.
Es tan honda la noche que quisiera
romperme en mil pedazos...
Y hay cofres de azahar que se desprenden
de cada rayo,
que llegan hasta el suelo y envuelven la
ausencia
de un frenético aroma a amanecer.
No arderán los cascabeles alumbrando el
camino
como un silencio profundo que apenas bañe
la flor
con esponjas de jazmín y de gardenias.
Un viento huracanado ascenderá por la
torre
en miles de espejos y la luz aislada
secará la angustia, retendrá su sol.
Sigo viendo luces sobre mí que me
acompañan
como lanzas de polvo, como lunas de amor,
ojalá no me faltes tú cuando yo te
necesite,
luna sagrada, ojalá no te falte yo.
2003
Seguro que no os faltareis.
ResponderEliminarY ahora, después del poema... Un grito al viento???
:)
Besicos.