La luna me aguarda en su traje de seda,
en sábanas blancas y en suave candor,
la luna se viste de semen de cielo,
la luna presiente mi fuego, mi ardor.
Y mientras la luna adivina lo que en mi
alma nace
y se adentra en mi cuerpo su resplandor,
me hace sentir su luz de infinito
tan plena como pueda sentir su voz.
¡Adelante, luna!. No te rezagues, si es el
deseo
de otro ser mirarte como te miro yo,
no te cubras con tu espeso velo negro,
luna de enero, porque éste es mi amor.
El sentir del deseo, los desnudos
cipreses,
las cumbres en carne viva por el ardor del
sol,
el cáliz dulce del silencio ardiente,
las sombras de plata que palpitan calor.
La luna me aguarda en su traje de oro
y en el iris de sus pupilas yo dibujo la
luz
y hay un espacio en calma entre mis dedos
fríos
en donde guardo sueños del universo azul.
La luna se viste de semen de cielo
y en su diadema de polen se desnuda la
flor,
y la cubro de besos y ella me besa el alma
y le doy mis vestidos y le entrego mi
amor.
2004
La luna y su traje de semen renace nuestros sentimientos más profundos.
ResponderEliminarVersos de magia.
Besicos.
Tierna poesía...
ResponderEliminarSaludos
Cuanta dulzura Jean, mágia e imaginación.
ResponderEliminarEs un poema precioso Jean.
Un abrazo.
¿El lado oscuro de la la luna refleja tal vez simbólicamente el enigma femenino?
ResponderEliminarMuy bello poema,
te dejo un besito.
R.P.
Bellísima e intensa, realmente admirable. No sé que más decir, sinceramente, me encantó.
ResponderEliminar¡Saludos y buena semana!
=)
Gabriel