Muriendo está la
noche blanca
en su brillante
pensamiento,
entre las grises
margaritas
de mis jardines
soñolientos.
Y los pajarillos
componen
sus melodías
cristalinas
en un jardín puro,
abierto
de blancas almas
capuchinas.
El brillante sol
desde su ara
acompaña la madrugada,
la madrugada del sol
bueno.
La flores abren sus
capullos
multicolores de
marfil,
los capullos de vida
llena
llena de arco iris de
alhelí.
La noche queda
agonizando
mientras su seno de
color
muere durmiendo en la
tierra
quedando sólo...
dolor.
La gaviota queda
llorando
solitaria en un
rincón,
mientras que dentro
una pena
desgarra su corazón.
1982
Tengo ganas de tomar un capuchino y llenarme el alma de leche montada con toques de canela. Sabes que las palabras pueden tener varios significados (no importa en qué cafetería).
ResponderEliminarYo me quedo con la imagen de la gaviota solitaria
ResponderEliminarNo me negarás que un café y una gaviota de fondo no contribuyen a un imaginario fantástico.
ResponderEliminarSi el tomar un café define la serenidad y la gaviota una esperanza, me quedo con el imaginario. Morir una noche blanca me parece algo ddefinitivo
ResponderEliminar¡Oh, imaginario! ¿Y cuando la gaviota defeca sobre nuestro mundo?
ResponderEliminarSi lo tiene que hacer porque es algo natural, ¿por qué no?. ¿Quiénes somos nosotros para impedírselo y desequilibrar la naturaleza?. Contra eso la tierra es muy sabia: no es juzgar nuestro motivo
ResponderEliminarSería de desequilibrados, jugar a taponar cloacas. Como bien dices, la naturaleza acierta en todas sus conclusiones....
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