Algunas veces la vida
pasa de largo
como el viento marino
me deja un aroma a salitre en la cara,
yy no me deja sino en
el paladar
sabores rancios de un
incienso.
Recuerdo la última
vez que me absorbió
su imagen dulce en mi
cuerpo reflejada
porque le reconocí,
si, le reconocí
a pesar que la niebla
anublaba mis ojos.
Algunas veces la vida
pasa de largo
y no me deja
recuerdos, sino memorias…
memorias que ya hace
tiempo se olvidaron
de mentir.
Hoy yacen en el
almidón del camino
y se apoltronan en
los viejos sillones del ayer,
algunas veces la vida
pasa por mí… de largo
y no me lleva, sino
que me abandona
removiendo entre las
imágenes de los tiempos maniatados.
Quisiera recoger lo
que ya he sentido
en aquellas historias
que reforzaron mi vida
de un viento nuevo,
pero sólo puedo dejar
que pasen
para que no me
lastimen ya más.
Si,
me asomo a la ribera
y pronuncio palabras
que nadie entiende,
pero
un viento marino me
devuelve a la realidad
remozando mi rostro a
una vez.
-Mayo-
La vida pasa de lado, no de largo, como un beso de salitre...
ResponderEliminarPasa la vida y tú crees que la llevas, pero non es verdad, te lleva ella a ti: sólo el aroma a salitre te hace sentir que otra vez has perdido una oportunidad. La vida pasa de lado, si, pues siempre tenemos la palabra en la boca. Perro casi siempre nos cuesta reconocer que estamos metidos en una historia que se divide en miles de ellas; sólo hay un eje en común: nosotros. Entonces no buscaamos salir de ahí, sino enfrentarnos
ResponderEliminarSomos ejes en una vida circular conviviendo con diámetros, radios y perímetros (el número "pi" está presente en nuestros destinos).
ResponderEliminarNo es sencillo hacer que la vida deje de ser circular, Raúl, para ello deberíamos sobreponernos a nosotros mismos, asumiendo nuestras limitaciones y nuestras limitaciones. Pero eso no es sencillo: es algo que debemos aprender a delimitar
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