Begoña se enfadó, es por Pily, yo también lo he
notado. Todo es muy complicado. Jugué a las damas con Humberto y quedamos
tablas. Bueno, hasta el lunes. No sabía decirle quién es la que más me gusta.
Sigo igual de dormido, ¿no?. Y ahora llegará Lourdes. Joróbate. Bueno, al menos
juego un poco a las damas y al ajedrez pudiera jugar.
Es otro día, ayer, me enfadé con mi madre
porque le dije que iba a llevar algún cesto más y me contestó enfadada: “Con
uno basta. Los demás los vendes tú”. Le preocupa eso. Yo también me enojé, pero
no supe contestarle.
Voy a tener que esperar hasta el verano y
mi vida, a partir de ahora, va a estar muy ligada a ellos. Pero no importa, si
es necesario llevarlos sin que se entere, lo haré así. Hoy preparé dos bases
para unos ovalados y llevaré los mimbres preparados y esas bases en una bolsa.
Puedo llevarlos el lunes, con los espejos. Los espejos son para que los vean.
Se me ocurrió hoy porque vi allí un patito de ésos que tenían en la puerta.
Considero que no corre prisa para aprender lo de las cuerdas. Ya me ves, aquí
en el baño, subí el paz. Quería bajar antes para llamarle a Pily. Creo que ayer
habló de llevarle unas castañas a Isabel que se le habían olvidado. Yo se lo
recordé con ganas y fui. Hablé con Pily desde Ramallosa. Y creo que me animaré
a llevarles algo a las vecinas de Isabel. Puede que unas bolsas, una, de
galletas de ésas que parecen avellanas. Tiene mi padre y Chicha vende. Hoy,
cuando marchaba, fuí corriendo y pensé: Si un día me caigo delante de ellas, la
palmo. No seas loco. Como dijo mi madre hace bastantes días, Sulote parece
enamorada de mí. Cuando voy andando y no le hago mucho caso, se queda atrás. Le
llamo, pero tengo que volver a su altura. Hoy comentaba: Gandul, que eres un
gandul. Bueno, también yo lo soy. Y, cuando subía, a la altura del bar Pampín,
se acostó y quedó allí un rato. Aún se sentó varias veces más. Había bajado un
poco corriendo y debía estar algo cansado. Así lo comenté con ella la primera
vez.
Jo, me gustaría decirle a Begoña que también le
quiero, al principio me parece que no era eso lo que buscaba, pero me parece
que temía lo que me dijo ese señor. Les gusta a ellas ser así. Pero si le dices
a alguna que le quieres, se ríen.
Precisamente casi al final se sentó enfrente
mía, en una mesa separada Begoña y me comentó que le había dicho que yo
estaba guay. No sé cómo enfrentarme a eso, creo que es muy bueno lo que me
aconsejaron. La vida hay que tomarla como viene, sin más preguntas. A Mayte le
encantan las cintas que llevo. Ahora me encanta poderles aportar todo lo que
sé.
Ya le hice los agujeros a esas dos bases.
Mañana tal vez no salga y me quede haciéndolo. El lunes a ver si me acuerdo de
decirles lo de los espejos, se los puedo conseguir a comprar la madera. Tal vez
se atrevan con barniz y aguarrás para terminarlos allí. Me gusta tener muchas
cosas que contarte. Muchas cosas bellas, todas llevan impresas la señal de tu
paso por su candor.
Cosas que no paran de hablar. Cada una busca
transformarse en miles y miles diferentes. Las encontrarás a cada paso, siempre
allí donde quieras hallarlas. Porque todas habrán nacido por ti, sólo por ti,
para que tú seas testigo de su encarnación. Serás su hijo predilecto. Muchas
cosas que no viven sin tu aliento, tienes que estar tú en ellas para que sepan
analizarse señalando nuevas experiencias. Tú serás el conquistador. Ellas, allí
donde se encuentren en ese momento, lo sabrán, tu amor se lo habrá dicho y
sonreirán en un solo ánimo para decirte que ya lo han conseguido. Tal vez no te
enteres, no debes preocuparte por eso, pero sentirás un estímulo desde lo más
profundo del universo, que calará en ti como una luz. Y se convertirá en
errante, como tú, de esa forma verá la vida como tú la ves y será ese canto que
brotará de sus labios a cada instante. Esos labios no son todo lo que te
comunica con la realidad; no, no es así, no debes pensar que acaso algún día
pueda ser así: esos labios te comunican con todo lo que los demás pueden oír de
ti. En sus manos está el gran secreto de sus decisiones. Porque a ellas también
les gusta oírte y comentar contigo las incidencias de cada amanecer. Todos sus
miembros forman un solo sentimiento y todas las veces que les sientas alrededor
de tu mente, si escuchas pacientemente, oirás que no son sólo ellas quienes
caminan. No, hay alguien más.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa vida hay que tomarla como viene, sin más preguntas.
ResponderEliminarMe gusta tener muchas cosas que contarte. Muchas cosas bellas llevan impresas la señal de tu paso.
Cada una busca transformarse. Las encontrarás, siempre, allí donde quieras hallarlas. Porque todas habrán nacido por ti, sólo por ti, para que tú seas testigo de su encarnación.
Lo he rectificado un poco, (¡realmente es meritorio!).
En primer lugar perdona por ese primer comentario, igual toqué donde no había que tocar y ahora dice que lo eliminé, lo siento.
ResponderEliminartal vez lo que no aceptamos es que la vida es como es: siempre queremos sacarle "peros" y demás razones, pero lo que es cierto es que cada uno tiene la vida que se merece: un y escribes las palabras desde fuera, a si las miras por dentro y eres capaz de sacarles un jugo a esa porción de camino desde la cual debemos proyectarnos para intentar una superación, ésa que está ahí y siempre ha estado.
En aquel tiempo me costaba aceptar el lugar en donde me había puesto la vida y eso me provocaba inquietud y desesperanza. Entiendo que eso lo debía de aprender...
Es distinto el significado si eres un mero lector