Muchacho
fui yo sin saber que el viento
era mortal. Pero lo fue. Atrás quedaron los años viejos,
los malos tragos. Atrás amores, poemas,
poemas que eran amores
y algún deseo
cautivo.
Pero hay un hondo eco que no muere, que es
como la tierra.
Y vuelvo a querer sin darme cuenta
que cuando se pasa se muere
para siempre.
La rosa furtiva, la eterna morada.
-1988-
Creo que estos versos tuyos eran del libro "Camino Viejo" no recuerdo muy bien el título. Lo cierto es que tenía poemas increíbles llenos de vida y fuerza. Se lo dejé un día a un compañero de trabajo y ya no lo volví a ver, espero que por lo menos lo haya leído. Me gustaría que me lo volvieras a pasar para poder digitalizarlo. Salu2!!!!!!
ResponderEliminarClaro que si, Raúl, claro que te lo voy a pasar. Espero que pronto pueda estar contigo para hablar. Seguiremos en contacto
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