Hay coraje en mi alma,
hay sombras en mi pecho...
y hay un sufrimiento injusto
al que yo... yo no estoy hecho.
Gritos de rabia que oigo,
gritos de llanto y desprecio,
la puerta alguien la dejó entreabierta
para que entrasen los hielos.
Quizás haya un rincón plateado
en la cumbre de este cuarto inquieto
en donde resuenen las lágrimas...
en el hermetismo del tiempo.
Con las manos entrelazadas
y el corazón erguido,
las palabras hechas de fuego
y el ánimo baldío.
Oigo ruidos en los cristales
y tal vez no sea el viento...
son las voces de los niños
que laten en el silencio.
Hay coraje en mi alma
para seguir despierto...
sintiendo las nieves oscuras
que se acercan a mi pecho.
Gritos de rabia que oigo,
gritos de llanto y desprecio...
calla, mi niño, no sea
que este dolor tenga un precio.
2004
Que hermoso volver a leerte.. después de mi ausencia.. me quedo como siempre por tu espacio..
ResponderEliminarBello placer disfrutar de tus letras.
Poeta.. un gusto regresar por aquí..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Que hermoso volver a leerte.. después de mi ausencia.. me quedo como siempre por tu espacio..
ResponderEliminarBello placer disfrutar de tus letras
Un abrazo
Saludos fraternos..
Siempre el coraje para vencer al dolor... y perseverancia, claro... y rendirse, jamás.
ResponderEliminarUnos versos para golpear en el yunke.
Besicos.
Tiene muchisimo ritmo este poema.
ResponderEliminarGracias Eria, Guillermo, Adolfo... todos los comentarios me servirán de estímulo siempre. Así os iré mostrando pasos en mi camino. Quise buscar una rima y un ritmo y me parece que lo conseguí, aunque en un principio lo escribí en gallego. Me parece que es una realidad
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