Me quitan el sol
y es como si me quitaran la sombra
también.
Me quitan la lluvia
y se llevarán el suelo que hay a mis pies
con ella. Me quitan la voz
y es como si me quitaran las nubes.
Pero si me quitan el alma
se llevarán la senda por la que camino y
destila mi vida
a cada paso.
Me quitan los ojos
y me quitarán la belleza de poder ver
otros ojos
y otras pupilas ante mí. Me quitan las
manos
y me robarán la necesidad de sentir las
suyas,
acariciándome. Me quitan el pelo
y ya no podrá besarlo ella
cuando atraviese mi alma,
mi tez.
Pero si me quitan su aliento,
se me irá
la estrella última del universo,
la que yo amaba.
2004
Sí.
ResponderEliminarY es que, a veces: Vemos, oímos, respiramos... sentimos... por los ojos, oidos, pulmones... percibimos por los sentidos de la persona amada.
Queramos... o no queramos.
Besicos.
Y sin embargo pienso que somos indivisos y no debiéramos pertenecer a nadie...ni siquiera al amor...
ResponderEliminarY es que sin alma somos marionetas en manos del ocaso. Si te quitan el cuerpo...ella sigue volando.
ResponderEliminarbesos belleza,estás muy guapa en tu foto de perfil.
Blogwalking greetings from INDONESIA to your side of world! Take care!
ResponderEliminarfollow my blog..
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okay,love you ;)
Me he inscrito entre sus seguidores, Dª I'am, y le agradezco que usted me haya considerado digno de figurar entre los suyos.
ResponderEliminarAllá usted si no le importa arruinar su reputación.
Últimamente, prefiero oler a sentir, estoy demasiado terrenal, Doña. Abrazos para usted, amiga.
Dª I'am, me gusta su mala leche, su ácidez trocada en denuncia. Espero verla a menudo por esta su casa.
ResponderEliminarEl mundo de los huertos domésticos, no como afición sino como necesidad, son un mundo increíble que la sorprenderá si se detiene a estudiar un poco lo que ocurre a su alrededor.
Son increíble las situaciones que se pueden observar desde la propia terraza. Yo vivo en la sierra y allí también se retoman viejas sabidurías casi olvidadas.
Me alegra tenerla por mi casa, amiga mía.
Acierta. Me ha matado. Le gustan a usted los caballos, la caza y los toros, ¿de qué cielo ha bajado usted?
Me encanta que lo haya pillado, Dª I'am, de niño le robé a mi padre las obras completas, se llevó un disgusto enorme, pero yo ya no podía confesar. El libro, uno de aquellos con tapa de piel y papel biblia, me acompañó por el mundo hasta que lo perdí en una mudanza en París. Todavía lo siento.
ResponderEliminarRespecto al canon de belleza, recuerdo siempre a una amiga mía, que sobrepasa en bastantes kilos mi ideal estético, cuando me miró y me dijo aquella frase impagable: "Alfredito, no te creas, yo también tengo mi público".
Seguiremos hablando de los pobrecitos seres humanos y de sus habilidades de usted en lo venatorio, amazonil y taurófilo. Me gusta su calma, Doña.
Oda a un ser deforme, mudo, alopécico, sin ojos, con muñones -el perfecto amante- cuya alma es el aliento del ser amado, la inspiración misma, el deseo platónico.
ResponderEliminarGuillermo, es verdad, es casi algo instintivo. La persona amada es lo que da sentido al mundo en que vivimos, nos damos cuenta que sólo estamos de paso
ResponderEliminarKimbertrancaanut, po pertenecemos pero no podemos tampoco escapar de él, está ante nosotros. Y cuando nos damos cuenta que no nos pertenecemos ni a nosotros mismos es cuando nos sentimos solos
ResponderEliminarCierto, Raúl, siempre hay algo en todo lo que hacemos que nos mueve al ser amado y al deseo platónico. Y es que cada alma tiene a su musa particular
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