El verdor del río tenía párpados de hielo
al pasar la noche fría y dócil...
dormida en el alba.
Errante el suspiro abría las puertas
al amanecer...
cubierto de sábanas blancas
y gélidas,
dibujando medias de luna sobre las aguas.
Los corales de esponja
repicaban notas...
tendidos a sus pies.
Y el vidrio resbalaba sobre sus labios
blancos.
2010
ACOJONANTE
ResponderEliminarBESOSABARAZAOS
Ta que escribes bonito.
ResponderEliminarSaludos
Hay cosas que hay que hacerlas a mano, Dª I'am.
ResponderEliminarPor mucha tecnología, para la muleta la mano, igual que para el vicio solitario. Al final, la mano. Insustituíble.
Cierto que ayudan los demás sentidos, pero la mano es primordial parando, templando y mandando.
Seguramente conocerá este ensayo de José Ortega y Gasset: Sobre La Caza, Los Toros Y El Toreo. Si no es así, cómprelo y disfrute. Usted habla mi idioma.
Entiendo su urgencia, cuídese que hay pitones con mucho peligro. Y, por favor, no me falte, vuelva cuando usted guste pero sepa que ya me es imprescindible.
Abrazos cómplices y vidrio en los labios, amiga mía.
Frío, tan frío como el hielo que nunca se palpa
ResponderEliminarbella poesía , donde el hielo acaba por derretirse.
Besos