Llueve en mis manos
un silencio que me sabe a estancias
blancas,
a frías estancias blancas, a ruiseñores en
los cristales,
a emoción.
Llueve un desierto que me sabe a helechos
y a fragua,
a atardeceres curtidos por la mano del
tiempo
y del alma.
Un silencio que me sabe a silencios
y a vida,
aunque esa vida y ese silencio me mojen de
una forma
cruel a veces,
pero que me haga inmune
y bravo.
He buscado las gotas que caminaban erguidas
por los pasillos...
y la sangre de las paredes llenó mis
sueños de rosas,
de rosas sin espinas.
Tiendo mis pétalos a la lluvia que he
sentido
cruzando las paredes que eran parte
de una batalla desgarradora
y de un silencio.
Y llueve en mis manos...
y en mi alma también llueve.
2009
Un poema muy, muy hermoso.
ResponderEliminarQue llueva amor en tus manos y lo derroches con los demás. Y que así, tu vida se colme de Felicidad.
ResponderEliminarBesicos Navideños
Las gotas del corazón duelen y dan vida dejando marca a su paso por el sendero del rostro. Mientras la lluvia moje pero no enfríe el alma podremos seguir.
ResponderEliminarFeliz navidad y buenos deseos en los proyectos y todo lo venidero.