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Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



jueves, 15 de marzo de 2018

No es la realidad


 
 
 
 
No es la realidad quien             
tiene que cambiar para mí: soy yo
quien tiene que cambiar
para la realidad. Ya sé que es difícil
de entender, porque es una apuesta:
lo tomas o lo dejas.
Para mí nada cambió.
 
-2018-

4 comentarios:

  1. Yo diría que el cambio debe suceder en ambas partes, por amoldarse y no desquiciarse entre realidad y lo que no lo es, ahí el uno mismo, que es lo real y aparente, aunque se sea otro, que ese es otro cantar bien distinto.
    Mejor no apostar nada, que luego se pierde, aunque eso también es un cambio, desde luego.
    Me gusta lo que le leo a usted, gracias
    saludos


    (Creo, si no es que también yo caigo en error o falta, que no se puede decir/escribir "quien" cuando este quien va referido a una cosa y no a una persona, como es en este caso "la realidad"; no sé si se debería haber escrito "No es la realidad lo que..."; iré a mirarlo ahora mismo para salir de dudas)
    Buen día

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  2. no sé si por ambas partes cuando pienso que la misma realidad es el reflejo de lo que yo soy, la "suerte" es una manera de enmascarar la realidad y de engañar a nuestro "yo": la suerte es subjetiva, una apuesta a la irrealidad. La apuesta es la vida misma. Ese "quien" es un tratamiento de respeto: respeto a ella pues me está cambiando a mí y por consiguiente yo la transformo. "Lo que" le pudiera dar un toque abstracto, no real.
    No me desquicia la realidad y lo que no es, pues yo estoy entre las dos a la vez que formo parte de ellas. Y soy confusión. Y soy cambio: la realidad nos cambia, pero la irrealidad también lo hace.

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  3. Muy cierto lo que usted dice, todo nos cambia y a todo nos hemos de amoldar para intentar seguir siendo, existiendo; quizá esos cambios sean la vida, lo son, pues si nada se mueve, ni nosotros, nuestra piel sería la de una piedra que no siente ni el roce del aire, nuestra materia un cúmulo de células sin paisaje.
    Pero qué es la irrealidad en el momento en que pensamos en ella y le damos una especie de cuerpo (o escribimos sobre ella); qué su opuesto (realidad) si a veces nos evadimos de su territorio y penetramos en el otro. Acaso se pueden confundir las dos en un mismo plano, sobre todo en un poema.
    Sigo sin estar de acuerdo con usted en lo referente a "quien", sigo pensando que el poema estaría mejor de la otra forma, pero yo no soy nadie y no puedo, ni por asomo, decirle a su autor que lo cambie ya que él, usted, en este caso, conoce y sabe de su forma interior.
    Nuevamente gracias por el pensamiento y le sigo leyendo, sin duda.
    Buen día

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  4. La realidad tiene que ir cambiando a la par que nosotros, va cambiando a la par que nosotros. No vale decir: Yo cambio para que ella cambie, eso no, no existe; es la irrealidad la que no puede ni debe cambiar. Pero también no es menos cierto que la realidad cambia a medida que yo cambio, de otra forma no sería posible.
    Realidad e irrealidad son un nombre, una entidad en la mente que contempla, porque cambia radicalmente de una persona a otra. Y pienso que al igual que todos creamos nuestra propia fantasía, todos creamos nuestra propia realidad; fantasía y no fantasía, realidad y no realidad; ¿de qué escapas cuando la realidad te afecta?, ¿hay verdaderamente una irrealidad que no te afecte?.
    El "quien" y el "lo que" son meros formulismos, porque desde que empecé a escribir me parece que la partícula "quien" la acerca más a lo que estaba sintiendo en ese momento, que no tiene que ser la expresión correcta, amigo lector.
    Desde hace unos días quise responder a tu comentario, pero nunca encontraba las palabras para entrar en estos pensamientos, me hacen hurgar en el interior. Y me complace lo que de mí pueda compartir contigo.

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