En
este pueblo
no se dice lo que se piensa
ni se piensa
lo que se hace,
no se cree en lo que se dice
ni se hace
lo que se
cree.
Este pueblo es especial:
no se piensa
lo que se ha creído ni se cree
en lo que se ha pensado.
Y sin embargo tiene el poder,
pero el poder
no es de todo el pueblo;
deberían obligarme a hacer
lo que no quiero,
porque lo que quiero ya lo he hecho: así
durante
toda la vida.
Yo creo en este pueblo,
pero este pueblo ya no cree en mí,
¿de qué me vale creer entonces en él
si en sus calles no puedo vivir?.
Este pueblo
piensa lo que no dice, dice
lo que no hace.
Y se desdice así...
continuamente.
El pueblo es como un gallo descabezado.
ResponderEliminarTiene mucha paciencia, es verdad. El poder tiene una deuda con él
ResponderEliminar