Con todo mi sentimiento……. Para ti, mi amor……
Con todo mi corazón,
Con toda mi alma,
Con todo mi
sentimiento……
A ti……
Como a nadie jamás he
querido,
así te amo yo…..
Con todo mi amor,
Por ser mi día a día,
Por la dicha de
sentirte mío,
soy muy feliz.
En cuerpo y alma
vivo para ti……
Con todo mi amor,
que eres por quien yo
vivo
y lo que más quiero.
Hasta el último
momento
seré tuya sin
condición.
Con todo mi amor,
para el resto de mi
vida,
te amaré sin medidas,
mientras vibre mi
corazón….
Con todo mi amor,
para ti mi amor.
Te amo mi niño.
Siempre tuya.
Simplemente….. Yo.
Hay que estar en el ojo del huracán para sentirse elevado, pero en medio del ciclón nunca ponderamos la medida del aire.
ResponderEliminarTienes razón, pero nadie aguanta en el ojo del huracán siquiera el tiempo necesario para escuchar la pregunta del trueno. Es una necesidad de todo ser humano sentirse inmerso en un equilibrio interno, aunque al final sea una ficción o una manera de ver la realidad que antes no concebías. Es pues innato en el ser humano vivir el momento como si fuera el todo. En el ojo del huracán ya estamos de alguna manera
ResponderEliminarRealmente, vivimos sin conciencia del todo. En el ojo de la tempestad solo hay calma, una calma imperturbable. En mi comentario quise decir que, tal vez, un excesivo ensimismamiento nos nubla la visión (por aquello de la distancia necesaria que necesita el alma crítica); si bien, es cierto, que un sentimiento es la mejor expresión de nosotros mismos.
ResponderEliminarAl poema le quitaría el "Yo" del final (creo que queda más concluyente).
Ojalá la persona amada sintiera idéntica devoción!!!