se encontrará con ella y pasará a ser su fruto más sabroso. Y ella sabe lo que ansió su compañía. Por eso. Me gustó esta última frase.
Fui al fallado porque había luz y supuse que
estaba mi madre, le di la camisa que voy a llevar mañana para que la planchase.
Y se me ocurrió preguntarle si había alguna tina más, aparte de las del baño
llenas de agua. “Sabes, no, di si tengo, no olvides que…”. Pues un rábano.
Y ese grano lo tengo que ver yo y hablar con
don Benigno. Le iba a decir que esa mañana me lo había visto don Ramón, pero se
iba a armar, así que me callé: La tina, ¿para qué?, ¿para los mimbres?. “No,
para el dedo del pie, para meterlo”. Y la jorobamos. Creo que voy a pensar que
lo mejor sería no habérselo dicho. Pero no importa, mañana voy a salir.
Ya ves, con el papel se puede decir más
fácil. Escribo sobre el coche de mi padre. Bajé unas gaseosas. Mejor va a ser
no ir a buscar la libreta. Mañana preparo el pantalón blanco y me lavo la
cabeza. Nada, no es que quiera entrar en el baño, estoy aquí, simplemente
porque no quiero entrar en la cocina donde está mi padre. Quien me empieza a
preocupar un poco es el chaval que conocí a la vuelta de Santiago. No quedó en
nada de escribir antes aunque yo estuve a punto de preguntárselo. Seguro que
quería él. No quiero tener sólo dos amigas. Puedes pensar que he cambiado. No,
no es así, me gustaría que fuese chica, pero no importa. No todo va a ser igual
en esta vida. Ya es hora de ir cambiando. Aunque ahora ganas de escribir no es
que vaya a tener muchas. El paquete éste de Dash 3 ya lo tengo todo rayado de
escribir encima. Me gusta cogerlo, está a mano, junto a la lavadora y no pesa
tanto.
El caso es que cuando vaya Loli el día diez al
baile y quiera encontrarme con todas. Bueno, ya me las arreglaré. Pero el día
de ayer no hizo falta bailar cinco o seis seguidas, también me gustó bailar
sueltas y me gustó sentarme a beber dos veces. Me hizo la broma de escaparse
cuando estaba distraído y al principio que le había dejado una mesa con la
bebida, el batido de fresa suyo y luego, cuando volví con la mía, no le hallé.
Pasé un momento muy malo, fue que se había corrido hacia la pista pequeña.
Comenzamos a bailar allí ella y yo solos, al rato ya había cuatro parejas más.
Ella también les llamaba copiones. En la pista de abajo, también, bailando suelto,
pero ya me supuse que se había escondido.
Creo que el pensamiento de estar toda la tarde
con una chica, toda la tarde bailando, se me había esfumado. Cuando paseábamos,
yo le dije lo que me había dicho aquel señor y ella me decía que era verdad. Me
gustaba meterme con ella diciéndole que ya lo sabía para cuando quisiera
pedirle la mano. Pienso en Pily, la de Vigo, pero también en Begoña. Es un mano
a mano entre las dos.
Me gustó bailar con Loli, que me viesen, me
sentía más suelto, más libre, bailaba suelto con los dos brazos estirados. No
tengo miedo porque llueva mañana. Tendré que hacerle una visita a Lourdes,
¿no?, hace mucho tiempo. Bueno, ya salgo. Me dijo Loli que está perdiendo la
memoria. Ya me gustaría a mí hablar. (Mariora va a comer una manzana). Ya está,
al baño. Aunque, como yo supongo que me vio de reojo ella, mi madre, si sale,
va a decir que estoy escribiendo. (Sigo)… como leí que dicen en la radio, un
diálogo sincero, de todo, y no como yo, que todo esto más parece ser niño a cada
paso. No, no quiero conocerme y que me conozcan todos tal y como soy. No sé,
pero una vida de gloria, porque tengo muchas equivocaciones, pero si quiero
llegar al final de un día y llegar satisfecho de mí mismo. Llegar diciendo que
he sabido salir de estros errores. He tenido muchos menos, pero más o menos
todos se han cumplido de una manera grata y estoy convencido de haberles dado
un total aprovechamiento en la medida en que me era posible. Fui descubriendo
cada vez más el secreto de mi libertad. A partir de haber oído hablar de ella.
Fue algo que caló profundamente y me sostuvo en la lucha diaria. Me hacías
falta. Ahora pienso que fue conmigo con quien hablaba cada día. Si al principio
me dijera: Voy a tardar tres años en descubrir lo que es la libertad, ya no
sería tanta lucha porque me quedaría esperando y te sentiría cada vez más
lejos. Pero tú te fuiste deshojando lentamente delante mía, a mi presencia,
para al final mostrarte tú en todas tu inmensidad. Sobraría entonces una
palabra que me dijese: Yo soy tu búsqueda, habiendo ligado todos aquellos
encuentros, el detalle habría crecido y se habría desarrollado en tu mirada.
Dos ojos azules, como el mar. Es verdad que yo fui tanto tiempo errante, pero
tú, sin darte cuenta, le ibas dando el sentido que sabías que ahora me gustaría
encontrar.
Participo de tu gusto por los jugosos "rábanos".
ResponderEliminarIntuyo que todos deseamos llegar al final del día y sentirnos satisfechos de nosotros mismos, para descubrir los secretos de la libertad, algo que cale profundamente y nos sostenga en la lucha diaria: el detalle habría crecido y se habría desarrollado en una mirada. Dos ojos azules, como el mar.
El final del día siempre es el momento idóneo para repasar el día y sobre todo para aceptar que ya nuestra actuación no puede cambiarse, aunque el cansancio no nos haga sino cerrar los ojos. Pero incluso en los sueños hay una vida que nos está hablando, para vivir el presente.
ResponderEliminarCon el paso de las publicaciones verás que mi mente se separa un poco de todo lo que le rodea para adentrarse más en su interior, pero como en todo cada persona tiene su ritmo y su proceso natural
Los sueños son un toque de atención sobre nuestras más profundas necesidades.
ResponderEliminarUna manera que tiene nuestro ser interno de hacer consciente tales necesidades, como dices tú, toques de atención sobre algo que nos falta, que es necesario darnos cuenta
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