Te quieren hacer cada día más presente en la realidad. Y no es lo que sólo tú pienses, no vale que te encierres, hay otras muchas opiniones, quizás tú esa primera vez no las entiendas, pero ya verás, irás descubriendo cómo todo el espacio celeste te fue comunicando hasta hoy, que hay otros muchos puntos de vista.
Muchos puntos de vista bellos. A veces pienso que
todas esas frases que tanto me gustan y me entretienen, pudiera intentar
hacerlas lo más grandes posibles (sigo después).
Hay tantos sentidos en la vida, no me pidas uno
sólo, que te diga el mío, porque es uno sólo y únicamente lo entenderé yo que
conozco de dónde procede y a dónde va, aunque ese “a dónde va” estará ligado a
una oscuridad sin fronteras. No, no preguntes, nadie la puede explicar y yo,
inconscientemente, voy introduciéndome cada vez más en ella. Te daré mi razón,
así es, porque ante todo es sincera, pero tiene que vencer el obstáculo de la
distancia.
Y lo conseguirá, porque tiene unos ojos que se
fueron alimentando de los ojos de los demás, del color que brilla en ellos.
Pensarás que el tuyo es indeciso, ese valor que tanto buscas no debes buscarlo
fuera, será más válido el que tú seas capaz de darle, porque sabe que tú
también eres sincero. Pueden acercarse muchas luces, pero nadie conocerá tan
bien el ambiente que le rodeó como tú. Me parece que es ese no saber el que le
hace estar hoy aquí, conmigo. Pero no te preocupes, mañana, cuando amanezca, ya
sabrás otra respuesta. Y volverás a estar tranquilo. Pero no busques a quien te
ha dicho, porque sólo te hallarás tú. Ayer miércoles vino Isabel sóla y ya
viste, no me mostré enfadado. Me recuerda una frase que descubrí ese día,
pensando, y te quería decir. Cuando estoy tranquilo, cuando la paz invade mis
entrañas en toda su plenitud, ya no sabré enojarme. Ni discutir, eso es algo
propio del tiempo que se fue y el que llega trae la buena noticia del agua en
calma, el agua que se balancea al compás de todas las sonrisas concebidas en un
instante. Si pudiéramos coger en nuestras manos ese detalle, veríamos que esa
paz es la única que le da sentido a todo nuestro futuro. Bajarán las estrellas,
se harán mansas a nuestro lado y lo sabes, todos volverán a recordar ese
principio hermoso.
Hoy acabará de nacer para nosotros. ¿Un
sentido?. Si lo escuchas el mío te habrá dado miles. Bueno, alguna vez tenía
que ser, ¿no?. Cuando vaya a misa de Vilariño te lo cuento. Ahora no puedo. Ya
te diré por qué. Ya está. Esta mañana me desperté y eran las dos. Quico había
dejado encendida una cinta y yo la escuché. Terminé de oír una media hora. Y lo
pasé muy bien. Me recordó a Vigo. Cuando llegué a Vilariño, aún fui por
Ramallosa con Víctor y salió el tema.
Me dijo que fuese a buscar y le respondí
que ya lo había encontrado. Hubo bronca, los dos, yo allí sentado junto a la
mesa, sólo me tocó ella, cogiéndome la cara con los dedos de la mano. Me
llamaron de todo, aunque no a la altura de inútil o subnormal. Les dije que me
habían hecho inútil y me tacharon de tener una voluntad débil. Estuve a punto
de decirles que eso ya me lo estaba diciendo Antonio, pero me retuve. De todas
formas, mi actitud ya no era de alteración. Pensaba en lo mal que había
llegado, pero aún queda el fin de semana y llega mi cumpleaños.
Temía por que me prohibiesen salir el domingo,
pero no estaba tan alterado. Bueno, pasaba.
Pude haberles dicho lo del diálogo, pero
preferí no hacerlo. Le dije a ella algo así como que otras veces no me dejaban
dar mi razón, lo que me habían aconsejado los sacerdotes, pero no valió de
nada, porque decía: “Quiero hacerte razonar”. ¿Quién tuvo la culpa, yo?. La
gallina no sale por salir, no es que vaya buscando verdura. Bueno, olvídalo, no
le hagas mucho caso. Seguro que quieres saber el cómo termina la historia (Creí
que tenía una pulga en el brazo, porque entonces no podría escribirte, pues
sería la ilusión de llevársela a ella. Pero no era. Un dolor en la cabeza y un
dolor en el pie izquierdo tremendo, debe ser el dedo. Por la tarde iba a ir a
San Pedro, pero tiempo antes subí las escaleras y estuve viendo mimbres para
las bases. En esto que subió mi padre y me dijo que fuera a prepararme (creo
que fue así, el caso es que fuí a prepararme. Cuando ya estaba preparado, oí
decir que si se había ido por la mañana, por la tarde, no. Y me enteré, cierto
es que dudé, pero me dije. Ya que estoy. Y fui. Llegué a San Pedro, con todos
en el coche, y me sobrevino el pensamiento de no ir. Pero me dije: Bueno, perdí
las lecturas en Vilariño.
Cuando estoy tranquilo, cuando la paz invade mis entrañas en toda su plenitud, ya no sabré enojarme. Ni discutir, eso es algo propio del tiempo que se fue y el que llega trae la buena noticia del agua en calma, el agua que se balancea al compás de todas las sonrisas concebidas en un instante. Si pudiéramos coger en nuestras manos ese detalle, veríamos que esa paz es la única que le da sentido a todo nuestro futuro. Bajarán las estrellas, se harán mansas a nuestro lado y lo sabes, todos volverán a recordar ese principio hermoso.
ResponderEliminarHoy acabará de nacer para nosotros. ¿Un sentido?. Si lo escuchas
Los sentimientos ya van tomando una forma y un sentido. Una buena forma de escucharlo es vivirlo en toda su intensidad, que no seas tú quien hable a través de lo que tienes delante, que sea todo lo que tienes delante lo que hable a través de ti: ésa es la paz que brota del alma.
ResponderEliminarEl agua en calma es la serenidad de ser tú. Cuando una sonrisa tiene la fuerza necesaria como para mover una montaña, todo lo que se respira alrededor de ella también la mueve. Y ya no es una fuerza sólamente.
Esto que dices: "que no seas tú quien hable a través de lo que tienes delante, que sea todo lo que tienes delante lo que hable a través de ti" me suena a una idea que tuve: "el jardinero poda los setos pero son los setos los que dan forma al jardinero, es el jardín que configura su alma y no al contrario". Una sonrisa que es capaz de mover una montaña es la idea plena de felicidad y de conciencia absoluta.
ResponderEliminar"Bajarán las estrellas, se harán mansas a nuestro lado y lo sabes, todos volverán a recordar ese principio hermoso".
Todo lo que tienes delante es una proyección de lo que tienes dentro: el jardinero da forma a una imagen que hay en su mente: la proyecta... y todo lo que tienes delante provoca en ti una proyección interior. Con esto nos estamos intercomunicando con la vida: ella nos da y nosotros también le damos. Nosotros tenemos capacidades que ni nos imaginamos.
ResponderEliminarY cuando las estrellas, tan lejanas y hermosas a la vez, bajen de sus cúpulas para hacerse parte de nosotros, se harán mansas, dejarán de ser luz a lo lejos para hacernos luz por dentro
Me refería, con esa especie de parábola del jardinero (un poco absurda), a que no siempre tenemos la absoluta potestad de proyectar nuestro interior sobre las cosas, sino que son las "cosas" -que percibimos como simples objetos de nuestra voluntad- las que tienen el poder de modelarnos inconscientemente. Es solamente un cambio de percepción, porque como dices en tu comentario hay una reciprocidad. Preciosa imagen la del final!!! ¡Esperaremos esas estrellas mansas que nos iluminen por dentro como poemas de tu luz!
ResponderEliminarLa imagen del jardinero no está mal, Raúl, si de ella sacamos lo esencial, pues cuando el jardinero le da forma al jardín está plasmando en él su interior, su forma de ver la vida, su identidad; pero esa conexión es recíproca pues también su obra refleja su estado de ánimo, su ser, su alma... y eso es positivo.
ResponderEliminarEn verdad no se sabe hasta qué punto nosotros definimos lo que nos envuelve o es él el que nos define a nosotros: deberíamos trabajar para ser nosotros los que no nos dejemos manejar por la realidad, lo cual podría conducirnos a caminos sin salida extremadamente peligrosos: trabajar en el sentido de manejar nuestra mente y no al contrario