Antes
de llegar a él, le pregunté a mi madre. ¿Vas a quedar tú en la cocina?, porque
así termino la libreta a máquina que me queda poco. Y me respondió que bueno,
que subiera. El decir que me quedaba poco era más bien una mentira. Me quedaban
siete poemas y hoy no los iba a poder terminar.
Hoy
también me puso de malhumor, pero ya fue menos. Como todos los días me levanté
a las ocho. Me da tiempo para abrir el portal y después ir a escribir. Siempre
confié en que mi madre respetará ese tiempo para que pueda escribir. Varias veces
me lo interrumpió con alguna llamada, pero podía seguir rescribiendo. Cada vez
más desolado. Ya ves, me parece que son momentos críticos. No soy capaz de
concebir que en un momento se pueda echar toda la vida por tierra y, al momento
siguiente, estar tan tranquilo, y olvidarse. No sigo ese caudal. Me parece que
estoy equivocado desde hace mucho tiempo. Pero ya viste, ahora parece que se ha
puesto de moda el decir que tomo el pelo a todos, y sobre todo a ellos dos.
Creo que lo tomo cuantas veces quiera y me salga de las narices, pero son en
cosas que no quieren dañar a nadie, ni quieres entre mezclarse con cosas de
barro o de la tierra, como dinero y cosas así. A mi madre le gusta decir que le
tomo el pelo gastando el dinero en chupitangadas.
Hoy, cuando marché a Vigo, me dijo que si a las
cinco estuviera en el dentista. No sé cómo me metí en esto. Llegué a las diez y
media y fui a visitar a Mercedes, y le gustaría que fuese a preguntar sobre los
mimbres.
Pregunté
para ir allí. Quise hablar con alguien. Y un señor se ofreció a llevarme.
También iba. Llegamos a las doce menos veinticinco, pero ya era tarde. No me
esperé este recibimiento. “Juegas y tiras el dinero, ahora qué dirá papá. Otra
vez perdón”. También ella me tocó. Hipócritas, jolín, me cago en la leche.
Mierda. Empezó a decir que había llegado tarde, que nadie es capaz de estar en
el Serén a las diez y media, y llegar a tiempo. Me hartó. Hasta que se desahogó
diciendo que el domingo no iba a salir.
¿Qué
hago?. Bueno, no importa mucho, porque hay fiesta. No era última. Que llegué
diez minutos antes. Jo, y una se puso diciendo que todo era mentira. Tenía
ganas de mandarla a tomar por saco. Le quiero pedir ayuda a todas mis amigas.
No me creo poder resistirlo. Toda la tarde la pasé un poco preocupado, aunque
al menos no me había prohibido lo que tanto había ansiado por la mañana. Me
dijo que regase las plantas de la entrada. Al menos nombró a Malena diciendo
que ella se había decidido a cuidar esa parte. Pero pronto rompí esa ilusión:
lo decía sólo porque estaba yo, para controlar al tontito, se puede decir. Por
la mañana, cuando había abierto el portal, me había dicho que eso lo haría al
subir de Ramallosa (aunque la verdad era que no iba a ir). Ya sé, después de
escribir a máquina. Me puse a regar con la manguera. Así, dijo ella, no porque
el agua resbalaba. Me resbala igual con el cubo. Aquello no llegué a entenderlo
del todo.
Pero
en esto que llegó Lita y se pusieron a hablar. Iba a ir a la iglesia, así
podría escribir. Bueno, da igual, ocurrió todo eso, y por la noche llegó mi
padre. Yo tenía mi razón, aunque mi madre no quisiera entenderla, pero eso iba
a ser lo de menos. Estaba viendo la televisión en color, el baloncesto, pensé
que lo iba a quitar pero no fue así. Cuando terminó salí a recoger verdura a
los conejos, ya lo pensaba hacer yo, aunque ella me lo quisiese decir. Igual
cuando llegué de Vigo. Me dio cien, las otras eran de la vez pasada. Quise ir a
dedo, pero cogí el autobús. Si, vine a dedo. También me daba miedo el jurar en falso,
siempre lo temí, pero me preguntó si había venido a dedo, que lo jurase. Le
mentí. Aunque me dio un poco de
miedo al principio, lo tuve que hacer así. Total, una de las cosas por las que
chilló fue que había llegado tarde. Estaba convencida.
¡No se puede tener esa moral de carpintero con carcoma, hay que apuntalar el alma!
ResponderEliminar"Moral de carpintero", buena definición. Bueno, la vida no siempre te entrega la realidad masticada para que tú la digieras, a veces hace falta un poco de carcoma para ver la verdadera realidad, no crees?
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