Y
descubrí
dentro del mundo, tu alma…
como una parte de mí
muy grande.
Y me quedé tan
enganchado de ella
que me enfrenté a mí
mismo
aún a riesgo de
perderte
y de perderlo todo
conmigo.
Y descubrí dentro de
tu alma una luz
que me hizo
comprender;
comprenderlo.
Y en cada pedazo del
camino había sueños…
sueños más grandes,
noches inmensas…
Y encontré dentro de
mi alma una luz
y un deseo…
aún a riesgo de
perderte
y de perderlo todo a
la vez.
-2012-
¿Qué es? ¿Un manzano? Eso que nos deleita en el fondo de tu paisaje. Veo que pocas veces utilizas cuadros marinos, o alegóricas pinturas abstractas. ¿Tiene que ver con el dibujo interior? Somos tierra y estamos atados al terruño como las piedras y la vegetación de este país lluvioso. Somos verde hilaridad cotidiana de pastos y espesuras adyacentes. Perdona que me salga por la tangente. Es deshonesto utilizarte para la propia inspiración como un remedio de botica. Tu poema es un perfecto recurso sensorial.
ResponderEliminarEs un cerezo, Raúl. Perdona que siempre vaya a apoyarme de alguna forma en la tierra, cuando también somos mar y cielo: intentaré darme cuenta de ese detalle. La tierra nos identifica más como seres humanos: la tierra y el aire que respiramos
ResponderEliminarPerdonad mi tardanza (tengo un problema de doble personalidad y aveces no encuentro las palabras apropiadas para este exceso de poesía). Debo dejar madurar bien las ideas y los sentimientos (a medida que se asientan, como el buen vino, nos descubren sus mejores aromas).
ResponderEliminar¡Un magnífico poema, así como la disertación que tenéis sobre los frutales! ¡Lástima que yo sea un urbanita y no distinga el cielo del cemento!
Lobezno
Es un honor para mí que me digas estas palabras, Lobezno: exceso de poesía. Dejar madurar bien las ideas y sentimientos me parece algo muy apropiado. A veces se necesita ver las cosas desde fuera: en parte para no sentirse incluido en ellas, en parte para como tú dices dejar que madure. De cualquier manera siempre nos quedará el poso el el fondo del vaso, que será lo que comprendamos y nos llene.
ResponderEliminarSiento especial atracción por las películas. Y estos días no he dejado de visionar, una y otra vez, la magnífica Jane Eyre.
ResponderEliminarLa versión antigua es tan buena como la moderna, aunque un excesivo vínculo no te permite ser crítico con exactitud. Tu poema es afín a este espíritu romántico que me invade ahora.
¡Saludos!
Lobezno
No he visto esa película, Lobezno, pero sí comprendo que todas y cada una de ellas capten algo de nuestro interior que nos refleje en sus argumentos, eso también me pasa a mí. Y es que de alguna manera nos identificamos con todo lo que nos llega al interior, sobre todo los sentimientos
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