CROSSWORDS

CROSSWORDS
Con estas palabras os doy la bienvenida y mi mayor agradecimiento a vosotros que sois los que hacéis posible que este blog se mantenga activo y vaya renovándolo cada poco tiempo. Mi deseo es que el contenido de este blog os aporte diferentes emociones y sentimientos. Un abrazo cariñoso también a todos los que estáis ahí y formáis parte de esta poesía y a todos los que quieren también formar parte de ella, a las nuevas incorporaciones: un abrazo de bienvenida a todos ellos



sábado, 18 de febrero de 2012

Se la enseñé a mamá

 y me preguntó dónde estaba. Le contesté: entre las rejas. Ya levantó un poco la voz: "No, en el abono". "Entre las rejas", volví a decir. "Enséñame el mango".  Me dije: "Llega la hora de que me dé la razón".
  Esperé, porque hablaba por teléfono. "Me caerá a mí, pero no estaba donde tú dijiste; además, tú también buscaste en los conejos". Cuando terminó de hablar le di la hoz. La cogió diciendo "en el abono".  Cuando veía, me alegré: iba a reconocerlo. Me dio la razón pero me dijo: "Aquél tampoco era su sitio".    
  Cuando ayer venía de fiesta, venía pensando en un posible poema, pero lo quise dejar para esta mañana y se me olvidó. Venía de la fiesta con el callo del pie doliéndome. Sólo bailé una, pero no lo pasé tan mal. Prefiero guardarme para las fiestas de mi pueblo.
  ¿Qué puedo decir cuando dejan de escribirme?. Pensaré que fueron solamente un paso en la vida. Ya las habré perdido para no volverlas a ver, pero se irán con una sonrisa y yo me quedaré pensando qué será del viento cuando no las encuentre conmigo. Nunca he pensado que las he perdido para siempre. No sé qué me pasa estos días.
  Mi tío Eduardo me escribió hace varios meses. Muchas veces me he puesto a escribirle y he terminado rompiendo la carta, a veces hasta ni empezada. A Teresa, a Ana, y a otras, con unas ganas grandes de escribirles, y nada.
  Oye, seas quien seas, quiero que sepas que solamente te haré una pregunta, una palabra. No importa lo que haya que esperar: días, meses, incluso puedo esperar un año delante de ti, inmóvil, serio, contemplándote. Sólo te hará una pregunta, un instante del que puede depender todo un mañana sin tiempo, indefinido. Esperaré, no me habías dicho nada y quiero ser libre para soñar. Quiero poseer el mundo en esos instantes, mientras espero. Todavía no he perdido la ilusión. No querré grandes elocuencias, no; una palabra, quiero que seas tú lo que tenga que decidir en este instante. Tú le puedes dar a una hora el valor de un segundo, pero quiero que sepas también que puedo ser despiadado, traicionero, podré mirarte de reojo sin estar tranquilo, tal vez porque no puedo olvidarte.
  Te dije que había hecho una bandeja, y si no, te lo digo ahora. Si, una bandeja, al principio no sé cómo la quería, pero más o menos entendí el esquema. Con dos asas para coger. Y la hice.
  Varios mimbres se rompían, sobre todo al intentar doblar por debajo: a pesar de eso algunos quedaron bien así. Y al rematar por las asas, quedaban mal doblados porque había que meterlos por los espacios y se quebraban. Uno de ellos quedó sin darme cuenta por detrás. Y me repetía: Para la próxima lo haré más estudiado y lo haré mejor.
  Y empecé otro, me mareaba, en sentido figurado, contando los agujeros y predisponiendo los remates. Empecé por una esquina. Mañanas enteras empleaba, para fijar cada vez más la atención. Con la regla, el lápiz, la goma, hice los agujeros y preparé unos mimbres. Recuerdo que, cuando iba a empezar la primera, me decía: No sé cómo saldrá, la idea la tengo, pero sería mejor viendo un esquema. No sé cómo quedará por arriba, pero resolví:  hizo los agujeros a voleo, da igual como salga, siempre será la primera.
  Había comenzado ésta segunda con mucha ilusión. Entre ayer y hoy y no sé si antesdeayer, terminé de rematar por abajo, ya con el asa, incluso la procuré hacer un poco baja porque le gustaba más a mamá. La hacía en la cocina, señalaba los agujeros para otro lado. Llegó a casa y me dijo: "Tráeme la tijera para cortar el asa, así quedará mejor". Pero me enfadé: Ahora que me había hecho ilusión, pero no me salió más. Mariora me dijo: La ilusión la puedes tener ahora. Antes de cortarla me dijo que el asa le había quedado muy alta, así que le traje la otra para comparar  y había quedado más baja, la cortó. Jo, yo no quería los mimbres para esto. Tenía ilusión en tenerlos, para hacer, pero sigue sin escuchar. "Queda bien, ¿te gusta?", todo cosas demasiado superficiales.


4 comentarios:

  1. ¿El conejo? ¡Criatura obsesiva y roedora!
    Todos tenemos un conejo en medio de la sien: abonando nuestro cerebro con su estiércol, haciendo madrigueras en nuestras neuronas, comiéndose los tréboles del hipotálamo, juntando los dos hemisferios de nuestra bóveda con un túnel, criando a sus retoños detrás de nuestros ojos en la misma pituitaria de la razón.
    Yo estoy contigo...

    lobezno

    ResponderEliminar
  2. Los animales nos enseñan lecciones de vida bastantes veces, pero también son los que nos hacen reconocer lo que somos. De una u otra forma están ahí para hacernos reconocer lo que somos

    ResponderEliminar
  3. ¿Y qué somos?... Más animales que los propios animales.

    lobezno

    ResponderEliminar
  4. A veces es cierto, Lobezno. De hecho todos somos parte de ese animal que nos desboca. Nos dejamos llevara por unas pasiones que no podemos controlar. Pero tenemos ese espíritu que nos hace ver otra realidad

    ResponderEliminar