Entre tinieblas mi
corazón se hallaba
cuando una de luz de
repente surgió,
era
la luz de tus ojos que brillaban
cuando el cielo para
mí se abrió
fue el afán de tu
corazón sediento de amor
que al mío de pasión
llenó
fue el alma llena de
bondad y ternura
la que mi alma cobijó
fueron tus manos
acariciando mi rostro
las que me
devolvieron la ilusión
fueron tus besos
acariciando mis labios
los que me
devolvieron la razón
es tu amor un canto a
la luna
y la luna a tu amor
sonrió
es tu cara llena de
ternura
es tu rostro lleno de
pasión
eres el hombre de mis
sueños
y, aunque los sueños,
sueños son
y no quiero despertar
de éste
aunque me queme el
corazón
Un poema de amor... pero, ¿por qué éste tendría que perdurar para siempre? Todos los poemas de amor desean una eternidad fingida.
ResponderEliminarlobezno
El principio me hacía presagiar un comienzo gótico, un romanticismo de ultratumba, pero al final se queda en un poema de amor frugal y obvio. Creo que puedes conseguir mucho más porque la esencia promete.
ResponderEliminarEl amor siempre lleva consigo la fantasía y la imaginación, dos pilares sobre los que se sustenta la perpetuidad o el fracaso de la misma. Pero es parte del ser humano imaginar que cada uno es para siempre, es parte de un aprendizaje
ResponderEliminarEsa misma fantasía es la que necesitamos para no caer en la rutina, incluso en la rutina de los versos. No desmerecen en nada los amores platónicos, ni los amores de una noche, ni los amores cobardes como dice Silvio en su canción. Pero no caigamos en el (rubor del enamoramiento), no... como simples enamorados que descubren la sensualidad adolescente y son incapaces de alguna diatriba. Hagámoslo igual que seres adultos, ingenuos o intrascendentes, con otra visión del amor.
ResponderEliminarlobezno