Cuando hablabas como el mar,
cuando rompías como el mar y tus susurros
me olían a mar,
yo te elegí.
Cuando te veía correr
sobre la arena de la playa:
atravesando el viento,
contemplando el sol.
Te elegí fundiéndome en el mar, como tú,
y bebiendo de las rocas que brillaban
y parecían ojos de azul marino.
Cuando saltabas sobre las olas
que estallaban sobre ti
y te dibujaban el cielo.
Eras el semblante más profundo
del firmamento, cuajado de espuma
y de libertad.
Yo te elegí,
pero no por tu belleza.
Cuando sonreías en el agua
con esos movimientos casi salvajes
que parecían envolverme, cuando eras
azúcar y nube
en el seno de las profundidades
te elegí.
A mí me parecías
un dibujo en el mar tan grande como el
destino.
1986
cuando eras azúcar y nube
ResponderEliminaren el seno de las profundidades
te elegí.
Qué maravilla auténtica Jean.
Qué bien verseas.
Y qué buena poetisa.
Gracias por compartirlo.
No hay nada más hermoso que poder elegir. El amor que trae consigo el mar y la playa, viste de ensueños la vida...
ResponderEliminarUn poema todo sentimiento y dulzura...
Un cariño inmenso Jean.
Que frescura vem desse mar Beijos Rebelde.
ResponderEliminarY qué dibujo tan hermoso esbozas en tus palabras!!!
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