“Todo lo que sucede es por
algo”, le escuché a Encarna decir desde el primer día… y cada día que pasa le
doy un nuevo sentido. Cada caída, cada enfado, cada tropiezo es por algo pero lo buscaba fuera de mí: era cuestión de mala suerte. Hasta el tiempo tiene
sentido desde esta perspectiva: cada instante del tiempo, cada segundo perdido: y el mismo accidente que padecí tiene sentido visto desde este punto: ¿Qué tenía
que cambiar entonces?, ¿qué tenía que aprender?... ¿o qué es lo que debía
olvidar?. Todo lo que sucede es por algo… pero yo me sigo resistiendo a creer
que no soy libre.