Vuelvo a estar el primero
de una gran lista de enfermos,
pero esto ya no me dice ná…
porque sé que el primero que llegue
se colará, como me ha pasado siempre,
y yo volveré a aguantar.
Porque he llegado fuera de turno
ya que hoy me quedé dormido
y eso ya es habitual…
llegar el primero y ser el último
y esperar toda la mañana:
¡como si esto fuera lo normal!.
“Agarde a súa quenda”,
avisan en las paredes,
y está bien en avisar…
pero mi tiempo soy yo quien lo rijo,
no debes ser tú quien lo gobiernes:
de esto sólo me puedo quejar.
Al final me vuelvo para casa
porque la doctora así no me pasa
y en parte tiene razón,
pero no ha sido capricho mío
el haberme quedado dormido:
mi cuerpo lo necesitó.
Menos mal que sólo venía a ver
si la sangre aún me iba bien,
y así me da la impresión
que si hubiera algo me lo diría
pues nadie puede tener la osadía
de no darte información.
-2018-
Los ángeles enfermos son los más dulces. La enfermedad de los ángeles es la congoja de los mortales.
ResponderEliminarAl parecer sólo es un número en un tubito, al igual que cuando vas al inem a buscar tus pertenencias
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