- Recuerda la paloma. Tú viste que pasó y se llevó consigo la ola de
silencio. Ella sabe que su presencia ha de darle más belleza a tu futuro.
-¿Qué me traes?- le pregunto. ¿Qué me dices de
todo un tiempo embarcado en un sueño?.¿Vienes sola?. Estaba un poco atemorizado
por que no vinieses. Mira!, hay muchas ilusiones conmigo. Ya podemos cambiar.
Me dejarás tu esperanza en cada retorno. No puedo callarme...
La paloma le
miraba fijamente. Sus ojos se abrían asombrados, cálidos y un poco adormecidos
también. Y él comprendía en esos momentos cómo era todo su alrededor. Aquel
pobre charlatán sin rumbo, sin conocer el sabor de un nuevo día, sólo
saboreando aquello que podía encontrar en cada uno, miraba hacia el suelo.
Quería tomar
un poco de aire sólamente. Y el suelo le parecía una vasta llanura inmóvil,
pero era quien le ofrecía siempre aquel aire para respirar.
La paloma era un poco como él. Y había encontrado un hermoso paisaje que siempre se dispersaba a sus pies y que combinaba cuanto ella iba depositando sobre las aguas de sus riachuelos y en las dulces copas de los árboles.
Todos le veían pasar, cada mañana me traía una
semilla del amanecer. Siempre volaba, siempre el día se hacía su camino; él
sabía que si en la madrugada dejaba mezclarse la sombra, ella tendría que dejar
de volar y yo que cerrar los ojos.
No, ¿por qué?;
si a ella le gustaba mantenerse siempre despierta. Sentía la vida deslizarse
continuamente por sus suaves mejillas. Se sentía sembradora y yo le miraba así;
sólo una voz tan maravillosa conocía la plenitud.
- Ven!, la paloma te trajo el don que tanto habías soñado.
-¿Por
qué quieres que me despierte?. Fuiste tú quien se lo habías pedido. Yo sólo me
alimento de esa melodía que a veces te hace sonreír.
-Tú viste que pasó y se llevó consigo la ola de silencio. Ella sabe que su presencia ha de darle más belleza a tu futuro.
ResponderEliminar-Me dejarás tu esperanza en cada retorno.
-Aquel pobre charlatán sin rumbo miraba hacia el suelo y el suelo le parecía una vasta llanura inmóvil.
-cada mañana me traía una semilla del amanecer.
-Sólo una voz maravillosa conoce la plenitud. Yo sólo me alimento de esa melodía que a veces nos hace sonreír.
Es curioso el conjunto de imágenes que un os ven y otro plasman sobre el lienzo. Los dos son muy significativos porque son estados del alma: los dos son válidos. Espero darte más momentos de satisfacción con mis escritos
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