La noche me acuchilla
en espacios cortos
y frágiles…
hoy es un día de
tormenta para mí.
Y eso es triste
también, pero yo lo
sobrellevo con temple
y con calma. Su frío
son las sombras que
se clavan en mi interior
cual si fueran dardos
y sal.
Quisiera envolverme
en el espacio, para
que no me apedreasen
más esas flechas
gélidas,
pero debo estar aquí,
lo sé, debo
sostener este mundo
que piso
y no fallarle…
pero a veces el
viento también me acuchilla en espacios cortos
y frágiles..
-2008-
No hay como la autodefensa para rechazar las cuchilladas del destino -cortas y frágiles matan y hieren intensamente-. Hay que ser destino para devolverle la bofetada al mundo y autoinfligirse la cura: la cura es cosernos por dentro con la serenidad del dolor.
ResponderEliminarA veces la autodefensa es un mecanismo para afrontar pacientemente lo que sucede. A veces hay que ser como los animales: lo que sucede es "porque sucede. No hay más" y aceptarlo como es. O si no ¿qué hay dentro de nosotros que nos lleva a mirarlo como un desafío o como una bofetada?. Porque lo que hay fuera es lo que hay dentro
ResponderEliminarMe acabas de abofetear sin contemplación pero no lo veo como un desafío, lo acepto porque tu mirada es más profunda. Sucede, es así, tengo el rostro amoratado por tu cortesía y agradezco la honra de tus golpes. Tus palabras me han magullado por dentro como por fuera pero he comprendido, comprendo, la serenidad y la paciencia de la autodefensa sin confrontación.
ResponderEliminarNada más lejos de mi intención abofetearte; si hiciera tal cosa me estaría abofeteando a mí mismo. A veces no me resulta sencillo meterme en tu percepción e intento matizar lo que entiendo.
ResponderEliminarNi mi mirada es más profunda ni la tuya más simple, eso no porque seguro que tú dominas temas que yo no capto; seguro que yo vivo en un cuerpo que todavía me cuesta aceptar y una vida que me cuesta también, pero lo que cada cual tenemos dentro, eso es propio de cada uno. Y también es lo que creamos fuera: comprender esto sí que es un desafío porque está ante nosotros pero no estamos sabiendo integrarlo en nuestro interior
El verdadero amigo diría: que mis bofetadas no te causen dolor. Estaba en plan irónico con mi anterior comentario, pero nada más lejos de mi intención ironizar.
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